07 junio 2015

“Threads” o la reflexividad de la sociedad posindustrial.

Cuando era niño allá a fines de los ochentas, por un descuido de mis padres pude ver una película en una vieja video reproductora que teníamos en mi casa. El mentado film de ficción, del año 1984, se trataba de “Hilachas” (el título en español, “Threads” en inglés). Él dejó profunda impresión en mí. Hay que recordar que si bien por esos años agonizaba la U.R.S.S., el mundo bipolar todavía estaba vivo o dando sus últimos estertores. Eran épocas de la “guerra fría” y en consecuencia de potenciales conflictos bélicos a escala global. La película está filmada, como en lo que años después se pondría de moda, es decir, con el formato de documental ficcionado. En él se relata la vida de una joven pareja que debe hacer frente al embarazo de la chica. Todo ello en un contexto de lo más sombrío, pues el mundo comienza a colapsar cuando fuerzas soviéticas (los malos) invaden Irán y E.E.U.U. - junto con OTAN (los buenos)- decide responder militarmente, por lo que se inicia una escalada de violencia con armas nucleares de corto alcance. En G.B. comienzan a tomar medidas para afrontar la situación organizando a los gobiernos locales para el aprovisionamiento de alimentos, medicamentos y grupos de socorristas. Con el transcurso de los días y casi de imprevisto la sociedad comienza a tomar razón de la gravedad de los acontecimientos, pero las cartas están echadas. Inglaterra es uno de los primeros países afectados por la guerra nuclear mundial. Así, la protagonista, deberá afrontar su embarazo en ese presente apocalíptico en donde las bombas nucleares comienzan a caer en su país. La película, cabe decir, es descarnada en extremo para la época de su estreno. Hay imágenes de cadáveres y gente mortalmente quemada. Por la hambruna la gente hasta come roedores. Por todos lados se ve muerte por radiación, destrucción y una desorganización total de un gobierno que ya casi no existe más. Sólo actúan algunas milicias un tanto autónomas y sin control de un poder central que no saben a quien obedecer ni qué hacer. El film es aleccionador al tocar todas las aristas posibles de un futuro post guerra nuclear: hambre, gente gravemente enferma y herida, clima inhóspito, vandalismo y desmoralización y desorganización social. A diferencia de otros filmes con la misma temática en ésta, el director proyecta los posibles efectos de una guerra nuclear a escala global quince años hacia delante. En ella se puede ver el fin de la civilización como la conocemos hoy o el fin de la humanidad al perecer animales, vegetales y provocarse la esterilidad de todo lo que en un momento tuvo vida. Así se pueden ver a colonias de personas al filo de sus posibilidades físicas y mentales luchar contra la tierra yerma para poder extraer unos granos de ella. Ese futuro, el de 1984, todavía no llegó y las posibilidades de que ello ocurra están cada vez, quizas, más lejos. Eran los miedos de una época pretérita pues en definitiva la ciencia ficción o las hipótesis de futuros posibles no hacen más que hablarnos sobre nuestro presente. En ese caso es el presente de la “guerra fría”, es decir, de los miedos de ese presente. Esta ficción nos dice que en 1984 íbamos por mal camino, aunque si bien estábamos lejos de la crisis de los misiles en octubre de 1962, el sabor que queda en la boca es el de saborear de cerca un futuro postapocalíptico. Posiblemente el director del film proyectaba el porvenir de ciertas características de la sociedad actual como una alarma de advertencia; en congruencia con esto podemos decir que dos años después tuvimos el desastre de “Chernobil” y el “Challenger”. Dos grandes fracasos para la humanidad. En ese mismo año se publicaba un libro de Ulrich Beck, “Sociedad de Riesgo” en donde sienta las bases de sus ideas principales: * Los riesgos (no los peligros) causan daños sistemáticos a irreversibles a nivel mundial; * La lógica del reparto de los riesgos sigue el camino de la desigualdad social estructural; * Se produce un retorno a la incertidumbre: el riesgo es impredecible y si se puede predecir no hay nada que lo pueda detener. * Éstos se desarrollan en la sociedad industrial que es super-reflexiva y que no puede dejar de interrogarse por esos problemas que introduce la modernidad y que, como los sistemas expertos que no podemos controlar y que dominan nuestras vidas, nos generan un gran malestar interno. Si en esos años todavía temíamos a la tercera guerra mundial o a los problemas ambientales propios de la radiación, “Threads” es un film antibelicista, un grito sin temor a la vergüenza, una hipótesis de conflicto que hoy ha quedado reservada para los libros de historia, pero que enfrenta nuevos problemas y las soluciones pasan por esos sistemas expertos que de un momento a otro pueden desquiciarse como se desquician al fracasar quienes debían evitar ese conflicto armado a escala global. Los males del ayer evidentemente no son los de hoy. Las “viejas incertidumbres conocidas” de antaño han sido reemplazadas por las “modernas incertidumbres inciertas”. No llegó “el fin de la historia”. Ayer el enemigo tenía otro color de piel, hablaba otro idioma y tenía otra religion, hoy estos son reemplazados por quienes son idénticos a nosotros, mimetizados en nuestra sociedad, delincuentes informáticos, falsos profetas, etc. El enemigo duerme dentro de nuestra casa, está en la web cada vez que nos conectamos. Las hiperreflexibidad de esta modernidad nos llena de temores a lo que puede venir, no una guerra nuclear, sino un enemigo con el rostro velado. Un enemigo que ni siquiera él mismo sabe que lo es, como por ejemplo quien manipula una central nuclear, un avión o produce medicamentos o alimentos transgénicos. A las par, y como plantea Z. Bauman en “La sociedad sitiada”, hay cada vez más una distancia entre el ver-saber-actuar. ¿Porqué? Por que el ametrallamiento de imágenes de los medios de comunicación puede coartar nuestra asimilación de verdaderos conocimientos. Y a su vez, es imposible hoy sostener con honestidad intelectual que uno ignora lo que está pasando en el resto del mundo. Así se establece el binomio entre los que hacen el mal y los testigos. Todos somos testigos, a la par que somos menos tolerantes a los males que provocan esos malvados. Malvados que en líneas generales, antes podían provocar el mal hasta donde llegaban las balas que disparaban sus armas, pero que hoy sus acciones pueden ser a escala global. ¿Cuáles son los miedos de nuestro presente? El sufrimiento y las miserias diarias, el sufrimiento que vemos por tv, pero que cuando nos hastía nos permite cambiar impunemente de canal. Somos cada vez más intolerantes contra los males que vemos a diario, pero no actuamos en consecuencia. El derretimiento de los hielos, los alimentos transgénicos, la trata de humanos, etc. Cuando nos cansa, cambiamos de canal. Así, literalmente hemos asesinado a la empatía. En todo caso hablamos de la desesperanza, de la pérdida de la fe, tan terrible o devastador como un holocausto nuclear que pueden ser similares a la falta de horizontes claros. Finaliza la película, como corresponde a los miedos de la época, con un mundo similar a la Edad Media, con una generación deformada por la radiación y totalmente degradada por las condiciones reinantes en donde ni siquiera pueden articular palabras o frases enteras, es la barbarie que se impone por fuerza de la radiación. ¿Cómo finalizaría nuestra película (peligros) actual con la violación de nuestra intimidad desde el gobierno de EEUU o las nuevas fuerzas superiores a los gobiernos nacionales?

“Los bigotes de mi papá”

Cambiando de lugar unas prendas en el placard de mi antiguo dormitorio me encontré con unos álbumes de fotos bastante viejos de mi familia. Por su antigüedad es obvio que no aparezco en ellas; son del noviazgo de mis padres, allá por principios de los años ’70. No me llamaron la atención las anchas botamangas de los pantalones de mis padres, después de todo, esas modas regresan y se reinventan. Un amigo dice que todo ya está inventado en la moda, que lo único que cambia es el material con el que se hace la ropa. La cuestión es que lo que me llamó poderosamente la atención son los gruesos bigotes de mi papá. No su larga cabellera negra, sino sus bigotes, a lo capitán de alguna revolución de 1900 en México. Deben ser unas cincuenta fotos de los ’70 que tengo a mano. Allí tienen unos años menos que los que porto ahora, y eso me llama la atención, los bigotes, las patillas, esas poses serias, desacartonadas pero serias. No es la seriedad de las fotos de los años 30 o 40, es otra seriedad, como una seriedad marcada por las ideologías, por el uso de la violencia como arte de persuasión. Prueba de ello es que en muchas fotos él y algunos amigos aparecen portando armas de fuego como ahora nosotros portamos celulares. Sin dudas los ´70 fueron una época violenta, no sólo desde lo político, sino también desde lo postural, desde la presencia del YO interrogando a quien mire a través de la fotografía, como queriendo ser grande antes de tiempo, aunque por esa época se era grande a los 20 años, hoy no se es grande ni a los 40. Hay una que me llama la atención, está blandiendo un revolver con su mano derecha, de costado, como los pistoleros de las películas de ahora. Apunta a quien mira la foto, por ende, apuntaba a quien la tomó. Tal vez el discurso sobre la juventud de aquella época era una distinta a la de hoy. Debo investigarlo, lo voy a anotar por ahí antes de olvidarlo. Tal vez era un esfuerzo poco fingido por no parecer jóvenes, inmaduros o que se yo. Que raro, nunca lo hablé con mi papá. Siempre supe de su afición a las armas de fuego, cuchillos y todo eso, crecí rodeado de pistolas, granadas, cuchillos, municiones y artilugios balísticos aunque de niño sentía terror de matar un pájaro con mi escopeta de aire comprimido. Demás está decir que cuando apuntaba hacia un pájaro nunca les atinaba, en parte porque era mal tirador, en parte supongo que por una pulsión inconsciente de no dañar a otro ser vivo. Más grandecito sentí el miedo de pensar que tal vez mi papá pensara que era medio puto por no gustarme las armas. Quizás los equivocados seamos los de mi generación. Quizás esta eterna juventud que vivimos nos impide aprehender la pesadez de la vida, de sus grandes intríngulis, como los nudos gordianos que quisieron desatar mi papá y esos chicos hace cuarenta años. Es posible que si en los ´70 hubiera existido Facebook caería por la pesadez de sus opiniones, mostrando los rasgos de adultez anticipada a partir de los 19 años.

Violencia de género y ley de violencia familiar

Resumen: En el presente trabajo se abordan desde un punto de vista jurídico y sociológico algunos interrogantes relacionados a la violencia de género, en particular dentro de la familia y a la legislación que pretende intervenir en este flagelo. Palabras claves: Sociología. Crisis de los Sistemas Expertos. Justicia. Perversidad humana. Individuación. El yo. Violencia de Género. Ley de Violencia Familiar. Análisis de la Cepal. I. Introducción. Más preguntas que respuestas. Usualmente cuando se presentan estos tipos de trabajos en revistas científicas el objetivo es desarrollar en la introducción algunas hipótesis de trabajo para, en las conclusiones, luego despejar las preguntas, llegar a alguna conclusión. No creo que este sea el caso. Tiempo atrás en el ejercicio de mi profesión de abogado y como funcionario de la justicia de la provincia de Santa Fe discutía con un colega acerca de algunos temas relacionados con la violencia familiar, desde un punto de vista del funcionamiento de la justicia y desde un punto de vista más bien sociológico; en particular sobre la aplicación en concreto de la ley provincia de violencia familiar, que cabe acotar es muy similar a la nacional y asimismo similar a las de Latinoamérica. El interrogante rondaba acerca de si en los últimos años la violencia, en este caso de género, había aumentado y si los niveles de crueldad humana habían aumentado o disminuido o lo que puede ser peor, si se habían sofisticado. A ello se suma lo que podríamos denominar como un fracaso de lo que podría denominar “sistema experto” de la Justicia. Reitero entonces, este trabajo concluirá con más preguntas que respuestas y como tal considero y deseo que así sea atento a que la presente propuesta debería servir como disparador de otros interrogantes relacionados con la temática. II. Análisis sociológico general. Brevemente se puede decir que algunos sociólogos, como veremos luego, dirán que la era del Estado-nación ha terminado, que con la “globalización” se han producido fenómenos políticos, tecnológicos, culturales y económicos, a la par que los sistemas de comunicación han revolucionado el mundo con una creciente oleada de innovaciones tecnológicas. Según U. Beck y E. Beck-Gernsheim hay una disputa en las ciencias sociales relativa a que el paisaje social y político ha cambiado desde 1989 con el colapso del imperio soviético y la caída del muro de Berlín. Por el lado opuesto se encontrarían quienes no ven ningún signo de “cambio de época” y que la modernidad ha sido siempre sinónimo de crisis. Estos autores de inmediato se colocan entre el primer bando mencionado al creer que sí ha habido una ruptura categórica: “… la represión de lo nuevo es uno de los grandes traumas del capitalismo moderno; éste ha dado origen a una enorme estructura de aplazamientos y negativas, so pretexto de que todo sigue igual. Como resultado de un proceso más racional de ‘modernización reflexiva’ … se está produciendo un cambio fundamental en la naturaleza de lo social y lo político…” Zygmunt Bauman por su parte hace referencia a la “fluidez” como metáfora de la etapa actual de la era moderna, en que la solidez, las viejas certidumbres, se desvanecen, se derrumban: “… la nuestra es una versión privatizada de la modernidad, en la que el peso de la construcción de pautas y la responsabilidad del fracaso caen primordialmente sobre los hombros del individuo” . Por otro lado, A. Giddens delimita a la globalización como “… una serie compleja de procesos, y no uno solo. Operan, además, de manera contradictoria o antitética” . Ésta presiona hacia arriba y hacia abajo a las comunidades, es la razón del surgimiento de identidades culturales locales en diferentes lugares del mundo, las naciones enfrentan hoy riesgos y peligros en lugar de enemigos. Todo ello conspira para la creación de algo nuevo denominado sociedad cosmopolita mundial. En esta nueva sociedad nuestras instituciones no pueden dar cuenta de lo que estamos viviendo. La familia, la clase, el trabajo, la nación, son todas instituciones que se han vuelto obsoletas para las tareas que deben cumplir. Es decir, vivimos rodeados de “instituciones concha” ya que su nombre no ha cambiado, el exterior, pero por dentro, su contenido sí ha cambiado. Como veremos luego, “la impotencia que experimentamos no es señal de deficiencias personales sino que refleja las deficiencias de nuestras instituciones. Necesitamos reconstruir las que tenemos o crear otras nuevas” . Norbert Elias es esclarecedor cuando establece que la transformación social se da en virtud de un proceso de diferenciación social caracterizada por la separación y diferenciación de las personas particulares en sus relaciones mutuas. Esta creciente individualización es también un proceso de civilización al producirse un aumento de tensiones entre las órdenes y prohibiciones sociales asumidas como autoinhibiciones y los impulsos reprimidos. Un aspecto destacado por este autor, en relación a la entrevista que se analiza, es que este proceso indica que en la mayoría de los casos los trabajos por lo especializados que son, “dejan un margen relativamente limitado a las inclinaciones y aptitudes de los individuos” . La creciente especialización de las sociedades estatales hace más largo el proceso para que la persona se convierta en autodependiente, por lo que aumentan las exigencias que se hacen a su autorregulación. En este sentido el individuo expresará la sensación de que la vida social le impide la realización de lo que él es “interiormente”. Dirá N. Elias que “… el desarrollo social hacia una elevada individualización del individuo abre a las personas particulares una vía hacia formas específicas de satisfacción y realización, y hacia formas específicas de insatisfacción y vacío…” . III. Análisis institucional de la modernidad. Anthony Giddens desarrolla en “Consecuencias de la Modernidad” un análisis institucional de la modernidad, poniendo énfasis en las cuestiones culturales y epistemológicas de la misma. Construye una primera aproximación al término de “modernidad” definiéndolo como los “… modos de vida u organización social que surgieron en Europa desde alrededor del siglo XVIII en adelante y cuya influencia, posteriormente, los han convertido en más o menos mundiales” . Así va a entrar en discusión con los sociólogos contemporáneos que creen que nos encontramos frente al comienzo de una nueva era. Por el contrario, Giddens dirá que nos estamos trasladando a un período en que las consecuencias de la modernidad se están radicalizando y universalizando como nunca. En definitiva, intenta hacer una crítica a la idea de que estamos entrando en la “posmodernidad”, concepto que fuera adoptado por Jean-Francois Lyotard en 1985. En la posmodernidad, como la entiende Giddens, se producen una serie de transiciones inmanentes, separadas de varios agrupamientos institucionales de la modernidad: “Aún no vivimos en un universo social posmoderno, pero podemos vislumbrar algo más que unos pocos destellos del surgimiento de modos de vida y formas de organización social que divergen de aquellos impulsados por las instituciones modernas” . IV. El proceso de individuación. Los vertiginosos cambios en la sociedad se pueden explicar en primer lugar por lo que ha dado en llamarse el proceso de individuación que describe una transformación estructural, sociológica, de las instituciones sociales y la relación del individuo con la sociedad. Este proceso comenzó a desarrollarse en el Renacimiento, en el ascetismo interior del protestantismo, en la emancipación de los campesinos del vínculo feudal, aunque tomó un ritmo vertiginoso en los últimos treinta o cuarenta años. La individualización libera a los individuos de los roles tradicionales a los que estaban prácticamente condenados, pero los condiciona de otras maneras. Se produce una “desincrustación” de los modos de vida de la sociedad industrial sin la consiguiente “reincrustación”. Al producirse el declive de los viejos conceptos de clase, familia, género, estado-nación (las clases sociales se destradicionalizan, las mujeres se han alejado de su “destino de estatus” y todos se incorporan a lo que se denomina la flexibilización laboral) el individuo debe convertirse en el agente de su propia identidad. Pero como se verá luego, junto con el fin de las trabas tradicionales el individuo se vuelve dependiente del mercado (laboral) que es institucional y estructural. Dice U. Beck: “…El individuo liberado se vuelve dependiente del marcado laboral y, por ello mismo, dependiente de, por ejemplo, la educación, el consumo, las ayudas del Estado de Bienestar; y, finalmente, de las posibilidades –y modas- de la atención médica … la dependencia del mercado se extiende a todos los ámbitos de la vida” . Con ello se forma la paradoja de que por un lado se fomenta la fe en el control individual, en el deseo de la “propia vida” pero por el otro se le impone la existencia dentro del mercado laboral. La mayor individualización no necesariamente conlleva una mayor individuación (proceso por el que nos volvemos individuos autónomos) y sólo se puede sobrevivir con el auxilio sofocante de los sistemas expertos. La posibilidad y necesidad de una mayor individualización es un aspecto de una transformación social ajena al control de las personas. La individualización dice Beck que se está convirtiendo en la estructura social de la segunda sociedad moderna propiamente tal. Así las características de la moderna vida social occidental individualizada nos obligan a buscar soluciones biográficas a contradicciones sistémicas. Por tanto Beck pretende decir que el ser humano actual quiere escribir su propia historia, ser autor de su propio “yo” o lo que se denomina “cultura de la propia vida”. V. La violencia de los “hijos de la libertad”. Un artículo que en su momento me impresionó fue el de Ulrich Beck “Hijos de la libertad”. En dicho texto el autor se plantea si somos una sociedad “yoica”, apelando a afirmaciones tales como: falta de solidaridad, egoísmo, falta de valores, etc: “Muchos de los resultados que la investigación sobre el cambio de los valores ha aportado –por ejemplo, la espontaneidad y la decisión voluntaria del compromiso político, la autoorganización, el rechazo de formalismos y jerarquías, la resistencia, el corto plazo, la reserva, igualmente, de no intervenir sino allí donde se es aún sujeto de acción- están, por cierto, en conflicto con el aparato del partido, pero desde todo punto de vista cobran sentido en las formas y los foros de la sociedad civil” . Los “hijos de la libertad” (como ideal o ejemplo de una forma de ser postmoderna) tienen una nueva forma de amar, de relacionarse, de entender las relaciones y sin embargo los niveles de violencia, no solo de género, se ha visto incrementado o tal vez visibilizado. Lo veremos. Una primera conclusión que se podría arriesgar: ha aumentado el individualismo, cada cual tiene que intentar o inventar por sí solo su existencia. Más incomprensible puede resultar si inclusive tenemos en cuenta los actuales debates acerca de los derechos de la mujeres islámicas, o las “no occidentales”, que generan junto a “la primavera árabe” una serie de debates y nuevos discursos Entonces en esta "modernidad reflexiva" concebida como un cambio de la sociedad industrial propia del siglo XX en la que se produce de forma violenta y no planeada y dentro de un orden político y económico intactos arrastra a las relaciones humanas en una radicalización de la modernidad que destruye las premisas y contornos definidos (y seguros) de la sociedad industrial y que se abre a una nueva modernidad, "modernidad líquida", para Bauman por ejemplo. El fenómeno se ve enlazado con el hecho de que la institución "familia" ya no es privada. Se ha transformado en un "lugar público" que es observado por distintos sistemas expertos como el judicial, la psicología, el feminismo, la educación y porqué no también desde el mercado, desde el mercado que consume. Entonces lo público y administrado por estos sistemas conducen a un ejercicio del control cuando en el S. XX se correspondía con un sistema de propiedad tradicional. Como asevera Giddens: "De todos los cambios que ocurren en el mundo, ninguno supera en importancia a los que tienen lugar en nuestra vida privada -en la sexualidad, las relaciones, el matrimonio y la familia-. Hay en marcha una revolución mundial sobre como nos concebimos a nosotros mismos y cómo formamos lazos y relaciones con los demás." Además, hoy por hoy nos cuesta separar lo aparente de lo existente, lo planteo así atento a que si en el siglo XX algunas o todas las cosas de la familia se ocultaban hoy no existe lugar en el planeta en donde no se debatan estos temas. La familia tradicional estaba basada en una unidad económica, el matrimonio no se contraía en base del amor sexual. Los niños no eran reconocidos como individuos. Y si a ello le sumamos que los aparatos tecnológicos de la nueva era reconstruyen las relaciones interpersonales cara a cara y que nos encontramos frente a un consumo cultural sin reflexión crítica podremos palpar el estado de situación. No se comunica experiencia, lo que se comparte es el espectáculo en el que somos espectadores y actores a la vez en un proceso de transparencia de las personas atroz. VI. La globalización es paradojal. Porqué lo pongo de manifiesto: porque propone por un lado la integración mundial como parte de una totalidad y, a su vez, acentúa la división entre ricos y pobres. En "El normal caos del amor. Las nuevas formas de la relacion amorosa" los autores se plantean esta dicotomía entre el "amor entre iguales" y el yo o la autonomía del propio yo. En definitiva lo que los autores quieren decir es que en los tiempos que corren una de las principales características de los tiempos actuales es el choque de intereses entre AMOR - FAMILIA - LIBERTAD PERSONAL. VII. En Latinoamérica. A la par que para algunos el nivel de perversidad en la humanidad en general ha aumentado considerablemente (y son en definitiva estos "hijos de la libertad"), las familias posmodernas o de la modernidad líquidas son las que conforman esta nueva forma de amar y por que no también de hacer el mal. Interesante es destacar en este momento el aporte de la CEPAL con respecto a este tema: "En América Latina, estudios antropológicos señalan la capacidad explicativa de los conceptos de machismo y marianismo y sus contenidos ideológicos, que hacen referencia a la agresividad, arrogancia e intransigencia de los hombres, frente a un modelo de perfección y superioridad espiritual al cual las mujeres deben aspirar a través de la maternidad, ... la obediencia. Ambas expresiones hacen referencia a estereotipos culturales que dotan a hombres y mujeres de atributos y conductas, que son eficaces en la construcción de las indentidades genéricas, permeando y definiendo formas de ser y modos de relación entre los sexos, asimétricas en la valoración..." Sin embargo: “Esta valoración altamente positiva de la familia, especialmente como base de la cobertura afectiva, debe ser contrastada con otro aspecto: la presencia de violencia intrafamiliar. Es sabido que la violencia intrafamiliar es un problema social de grandes dimensiones, que tradicionalmente se ha considerado como algo “privado”, ajeno al debate público, por lo que ha permanecido oculto y escasamente estudiado. Sin embargo, desde fines de los años ochenta se vienen realizando diversos estudios que, frente a la visión idealizada de la familia, han puesto al descubierto “la caja negra” familiar, donde se registran la violencia y los abusos” . En las encuestas de juventud: "... el tema de la violencia intrafamiliar aparece explícitamente tratado ... Ante la pregunta por la prevalencia de violencia física en el hogar, el 66,3% de los adolescentes y jóvenes bolivianos dijeron que nunca eran sometidos a agresión física dentro de su casa (el 67,4% de las mujeres y el 65,2% de los hombres). Del total de adolescentes y jóvenes, el 33,4% reconocían que había sido víctimas de agresiones físicas dentro de su casa. Los preadolescentes son los que reciben más castigo físico en sus hogares, ya que mientras el 85,7% de los jóvenes señalan que nunca les pegan en su hogar, ese porcentaje es de 63,9% en adolescentes y 33,8% en preadolescentes. Por otra parte, en un estudio realizado en Chile, los y las jóvenes reconocen que frecuentemente o a veces se dan conductas violentas en el interior de su hogar: 10% en el caso de violencia física de padres a hijos; 5,7% en el caso de violencia física entre cónyuges; 12,8% en el caso de 100 violencia psicológica entre padres e hijos y un 11,3% en el caso de violencia psicológica entre cónyuges. Sin embargo, al preguntarle a los niños ... los datos muestran una realidad más agresiva. El castigo más frecuente mencionado por niños y adolescentes es “no me dejan salir” (63%), le siguen en importancia “no me dejan ver TV” (36%) y “me pegan” (27%). Esta última cifra contrasta con el hecho de que en el estudio anteriormente mencionado solo un 10% de los adultos reconocen la existencia de violencia física dentro del hogar ..." Sin embargo estos altos niveles de violencia familiar en toda latinoamérica, "...surge la paradoja de que coexiste entre los jóvenes una valoración muy positiva de la familia, como base de la cobertura afectiva y como espacio de confianza y de diálogo, junto con la experiencia de la caja negra familiar (los conflictos violentos que permanecen como secreto de familia). Para una proporción importante de los jóvenes existiría, por tanto, una falta de correspondencia entre un discurso (ideal) sobre la familia y unas experiencias altamente conflictivas de convivencia familiar". Es decir que nos encontramos frente a una imagen en la que se presenta a la familia como espacio de conversación y de diálogo, lo que en principio supone el respeto por el otro. A su vez, esta imagen es consistente con la noción de que la autoridad familiar se constituye como un espacio de negociación, producto del desdibujamiento de la imagen paterna como figura orientadora y autoridad prefigurada. El lugar de la autoridad está ocupado ahora por el padre y la madre, y que los jóvenes solo entran en la negociación en torno de temas que afectan al control de sus cuerpos y de sus espacios. ¿Será que los feminicidios, violencia de género y familiar son las consecuencias no deseadas de esta posmodernidad en que la mujer ha logrado una independencia formal del hombre? VIII. Protección contra la Violencia Familiar. Derecho comparado. La Res. III Congreso de Familia de El Salvador 1992 la define como: “Cualquier acción, omisión, directa o indirecta, mediante la cual se inflige sufrimiento físico, psicológico, sexual o moral a cualquiera de los miembros que conforman el grupo familiar”. Ley de Puerto Rico: “un patrón de conducta constante ejercida en deshonra, descrédito o menosprecio al valor personal. Limitación irrazonable al acceso y manejo de bienes comunes …” La doctrinaria Maria M. Galli Fiant: “Toda acción u omisión ejercida por un integrante del grupo familiar contra otro que produce un daño no accidental en lo físico, psicológico, sexual o patrimonial.” Las distintas legislaciones tratan el tema con características que prácticamente se reiteran en el detalle de las leyes. Sin entrar en un análisis exaustivo de las leyes podemos acordar algo: La República Oriental del Uruguay legisla en la Ley Nº 17.514 la VIOLENCIA DOMÉSTICA. En su Artículo 2º dice: Constituye violencia doméstica toda acción u omisión, directa o indirecta, que por cualquier medio menoscabe, limitando ilegítimamente el libre ejercicio o goce de los derechos humanos de una persona, causada por otra con la cual tenga o haya tenido una relación de noviazgo o con la cual tenga o haya tenido una relación afectiva basada en la cohabitación y originada por parentesco, por matrimonio o por unión de hecho. Y en el Artículo 22: El Estado deberá adoptar todas las medidas necesarias para prevenir, sancionar y erradicar la violencia doméstica y fomentar el apoyo integral a la víctima. Es interesante el tratamiento de la persona violenta quien para algunos debe ser tratada y para otros debe ser olvidada como así ocurre en la letra de la ley y en la realidad de los hechos. El Artículo 23 dice: La rehabilitación y la reinserción social del agresor, deberán formar parte de una política que procure proteger a todas las personas relacionadas. La asistencia y el tratamiento deberán ser instrumentos de esta política. En Chile la legislación no difiere mayormente de la reseñada: La Ley N° 20.066, denominada de VIOLENCIA INTRAFAMILIAR dice en su Artículo 1°: Objeto de la ley. Esta ley tiene por objeto prevenir, sancionar y erradicar la violencia intrafamiliar y otorgar protección a las víctimas de la misma. Artículo 2º: Es deber del Estado adoptar las medidas conducentes para garantizar la vida, integridad personal y seguridad de los miembros de la familia. Recien en el art. 5 la define como: "... todo maltrato que afecte la vida o la integridad física o psíquica de quien tenga o haya tenido la calidad de cónyuge del ofensor o una relación de convivencia con él; o sea pariente por consanguinidad o por afinidad en toda la línea recta o en la colateral hasta el tercer grado inclusive, del ofensor o de su cónyuge o de su actual conviviente. También habrá violencia intrafamiliar cuando la conducta referida en el inciso precedente ocurra entre los padres de un hijo común, o recaiga sobre persona menor de edad, adulto mayor o discapacitada que se encuentre bajo el cuidado o dependencia de cualquiera de los integrantes del grupo familiar". La ley 11529 de la Provincia de Santa Fe, Argentina adhiere a estos principios. Esta Ley instrumenta un procedimiento judicial cautelar y urgente con el objeto de hacer cesar o aliviar la violencia en el seno de la familia. Esto significa que el expediente que se forme no llevará meses y meses tramitarlo sino que en el transcurso del día se formula de denuncia y se logra una medida para hacer cesar la violencia familiar. Debe desterrarse el mito de que es un trámite engorroso. Asimismo es bueno aclarar que no es un proceso ordinario en el que se deba demostrar la calidad de víctima sino que es necesaria solamente la calidad de denunciante que se considere en una situación de violencia familiar con cierto grado de verosimilitud. Nuestra Ley delimita de una manera similar a la expuesta en el Congreso de 1992 a la violencia familiar, tal es así que la considera como a “…todas las lesiones o malos tratos físicos o psíquicos por parte de alguno de los integrantes del grupo familiar”. Toda denuncia de violencia puede realizarse en forma verbal o escrita, esto significa que no es necesaria la asistencia letrada de un abogado para formular una denuncia o hacerla saber al Juez, basta con exponer verbalmente la situación vivida sin tener conocimientos del derecho. A mas de diez años de estar vigente la Ley de Violencia Familiar se muestra cada vez más plena en su funcionamiento. Tal es así que las denuncias de violencia de un año a la fecha se han incrementado en casi un 15 % en la provincia. Un paso importante fue lograr que lo que en lo social se convirtió en algo condenable y desprestigiante, también lo sea en el ámbito privado. IX. Conclusiones: Al comenzar el texto aclaré que el texto pretendía dejar más interrogantes que respuestas, sin embargo algunas ideas podemos por lo menos aclarar. Es cierto que en nuestro mundo altamente industrializado son muy pocas las familias que viven como sesenta o setenta años atrás, es decir, ambos padres viviendo en pareja junto a sus hijos, madre ama de casa o con ingresos menores y el padre proveedor del sustento, el que trabaja. Hoy encontramos y lo denominan los doctrinarios del derecho, frente a la "familia ensamblada" fuente inagotable no solo de amor sino también de conflictos. Esclarecedora es la ley santafesina cuando su Reglamentacion de la Ley protege a quien describe las situaciones percibidas como violentas por las víctimas. El maltrato físico sólo es posible si antes hubo humillación, desvalorización, dependencia emocional y naturalización de la violencia en las relaciones familiares. Al incluir la violencia psicológica, sexual y patrimonial, la Reglamentación permite identificar y enmarcar una gran variedad de manifestaciones: las que necesitan un tratamiento terapéutico; los abusos sexuales dentro del matrimonio que deben ser visibilizados; los abusos y las violaciones a los niños y las niñas; los actos que atentan contra los intereses patrimoniales, como roturas de muebles, diplomas, documentos de identidad, por mencionar sólo algunos ejemplos, y que además pueden ser objeto de una acción judicial por daños y perjuicios. Este es un tema importante para dar a conocer al común de la gente ya que la ciudadania normalmente no está informada del contenido del concepto “violencia familiar”. Se debe tener en cuenta que las personas ven violados sus derechos humanos en el ámbito de la familia, paradojicamente la institución que se presenta como el primer nucleo de proteccion natural de los seres humanos. Normalmente la persona violenta esgrime la idea del derecho de corrección (muy escuchado en las audiencias que he llevado adelante) legalmente vigente en otras épocas, para poder agredir a su mujer y a sus hijos, y de la concepción de que el uso de la fuerza es una muestra del mito de la virilidad. Por suerte ese concepto esta siendo suprimido en la sociedad para pasar lentamente a una condena y estigmatización social de dicha conducta. La familia presenta transformaciones e irregularidades de estructura y estabilidad, que están presentes en los hogares de la mayoría de los jóvenes pobres, con consecuencias asociadas a violencia, carencias afectivas y materiales. La pregunta es: ¿Cuánta gente añora regresar a esos viejos papeles tradicionales (binarios): macho (proveedor) - hembra (reproductora)? La división del trabajo sexual ha muerto hace tiempo. Sin embargo la subordinación de la mujer en ciertos ámbitos domésticos, sobre todo de los estratos bajos, indica la subordinación de la mujer a los mandatos de asimetría de poder al interior de la pareja que hace naturalizar el hecho de que los bienes adquiridos durante la convivencia son propiedad del hombre. ¿No será la actual violencia de género (enmarcada en el ambiente violento en general en que se vive) un movimiento espasmódico, de reacción, por parte de seres humanos que añoran la solidez de las sociedades tradicionales del S. XX las que resisten con la violencia como manifestación patológica? También ahora se vive violencia durante los noviazgos, situación que merecería ser analizada en otro trabajo. Al respecto es interesante destacar que el nivel de tolerancia sobre esos tipos de actos ha cambiado, ha disminuido y por ende la violencia de género se hace intolerable cuando años atrás la homosexualidad estaba penada, los niños carecían de derechos (sin la mínima consagración legal o constitucional) y el matrimonio era un compromiso para toda, absolútamente, toda la vida.

26 agosto 2013

¿Cuánto durará Facebook?

Las redes sociales prácticamente ya son equiparables a un ser vivo con cuerpo y alma. Como tal éste cuerpo debe tener un ciclo de vida. A estas alturas, pocas personas se atreven a decir que Facebook no es el dueño actual de Internet pese a tener grandes competidores. Justo es reconocer que llegará un punto en el tiempo en que nos cansaremos de ventilar nuestra vida privada a través de fotos y videos de nuestras mascotas, actividades deportivas, sociales y/o políticas. Lamentablemente ya comienza a sonar aburrido lo que la gente diga que está haciendo prácticamente en tiempo real a través de un tuit o face. Unos años atrás fue la fiebre de los “fotologs” (¿se escribe así?, que importa, total ya nadie se acuerda de ellos) y los “blogs”. La pregunta del millón es: ¿cuánto tiempo durará en su reinado Facebook? El ímpetu por ventilar nuestras vidas se convertirá en una más de las tantas posibilidades que nos ofrecerá Internet. Una predicción matemática de Robert X. Cringely tiene la respuesta. Su predicción matemática recurre a una matemática simple, pero al parecer lógica respecto a los tiempos de hegemonía de cada líder de la industria, y como resultado dice que Facebook caerá después de 7 años y su popularidad se irá al suelo rápidamente. ¿Cómo llegó a tal conclusión? Cada era de la computación parece tener un periodo de diez años por plataforma, y los califica de la siguiente manera: 1. Centros de cómputo (1960-1970) 2. Mini computadoras (1970-1980) 3. PC’s de caracteres (1980-1990) 4. PC’s gráficas (1990-2000) 5. Notebooks (2000-2010) 6. Smartphones y Tablets (2010-2020) Después de tomar en cuenta estos periodos, Cringely encontró un patrón interesante: 1. IBM (1960-1985) – 25 años 2. DEC (1965-1980) – 15 años 3. Microsoft (1987-2003) – 15 años 4. Google (2000-2010) – 10 años 5. Facebook (2007-????) A través de esta percepción se deduce que el periodo de vida de estos líderes disminuye constantemente y por eso Cringely juzga que la vida activa de Facebook es de 7 años (algunos son más agoreros y predicen no más de tres años de vida para Facebook) y no más, toda vez que las innovaciones surgen rápidamente en esta era. Entonces la pregunta que nos haces es ¿Qué seguirá después de Facebook?

24 agosto 2013

Las redes sociales y la tercera edad.

Según un estudio de la Universidad de Sydney, Australia, las redes sociales reducen la sensación de soledad y estimulan la mente. Esto lo confirma la investigación Connecting Older Adults, que consistió en enseñar a personas mayores a usar Facebook, Twitter y Skype, y en la que se concluyó que "los social media ayudan a reducir los sentimientos de aislamiento y soledad de estas personas". El estudio, contó con la asistencia de 150 personas de la tercera edad (el 80% de los participantes era personas mayores de 65 años, mientras que el 20% restante tenía entre 55 y 64 inclusive) y duró 6 meses. Así se estableció que, que con tan sólo 6 horas de capacitación, los alumnos -que no sabían utilizar Internet- cambiaban su actitud con respecto a estas tecnologías, de manera que comenzaban a considerarlas amigables. El profesor Robert Steele, a cargo del trabajo, explicó: "Con este estudio determinamos que el 80% de los participantes que continuaba utilizando las redes sociales después del período de la investigación experimentó una reducción estadísticamente significativa de los sentimientos de soledad". Además asegura que el uso de las redes sociales tiene un impacto en las condiciones de salud general de los adultos mayores. "De hecho, hay estudios que demuestran que cuando los ancianos se sienten menos aislados socialmente, mejoran su salud cardiovascular, el índice de masa corporal, la presión arterial, la mortalidad y la morbilidad en general". Lo cierto es que, en términos generales, las redes sociales protegen nuestro cerebro. El doctor Ricardo F. Allegri, investigador principal del Conicet y jefe de Neurología Cognitiva del Instituto de Investigaciones Neurológicas de la Fundación Fleni, afirma que a partir del uso de Internet se ha comenzado a estimular en nuestro cerebro un procesamiento cognitivo distinto. Si bien es cierto que estimulamos menos nuestra memoria episódica, activamos y utilizamos mucho más nuestro sistema ejecutivo y nuestra memoria operativa. Así, formas de procesamiento cognitivo que eran habituales en las generaciones anteriores se modifican. En el pasado todo era más lineal (las películas eran una historia con un hilo único), mientras que actualmente es en paralelo (varias historias entrecruzadas sectorizadas y sucediendo al mismo tiempo). Cuando utilizamos el chat o el Twitter mantenemos de igual forma un gran entrenamiento de la atención dividida, la velocidad de procesamiento y la memoria de trabajo verbal. En el caso de Facebook, optimizamos nuestra memoria de trabajo visuoespacial y la cognición social. Por eso, simplificar estos beneficios preventivos del uso las redes sociales en Internet solo al aislamiento o soledad del adulto mayor son un reduccionismo psicologista, ya que el procesamiento diferencial y el cambio de paradigma cognitivo sumado a la importante carga emocional, lo hacen una herramienta muy poderosa para estimular la reserva cognitiva atenuando la declinación de la edad, contribuyendo a un envejecimiento exitoso y retrasando patologías como la enfermedad de Alzheimer. Sino recordemos la propaganda de una empresa de Internet muy famosa en donde la protagonista del corte es una anciana canchera que se pone de novia gracias a las posibilidades que brindan las redes sociales.

11 junio 2013

“Los bigotes de mi papá”

Cambiando de lugar unas prendas en el placard de mi antiguo dormitorio me encontré con unos álbumes de fotos bastante viejos de mi familia. Por su antigüedad es obvio que no aparezco en ellas; son del noviazgo de mis padres, allá por principios de los años ’70. No me llamaron la atención las anchas botamangas de los pantalones de mis padres, después de todo, esas modas regresan y se reinventan. Un amigo dice que todo ya está inventado en la moda, que lo único que cambia es el material con el que se hace la ropa. La cuestión es que lo que me llamó poderosamente la atención son los gruesos bigotes de mi papá. No su larga cabellera negra, sino sus bigotes, a lo capitán de alguna revolución de 1900 en México. Deben ser unas cincuenta fotos de los ’70 que tengo a mano. Allí tienen unos años menos que los que porto ahora, y eso me llama la atención, los bigotes, las patillas, esas poses serias, desacartonadas pero serias. No es la seriedad de las fotos de los años 30 o 40, es otra seriedad, como una seriedad marcada por las ideologías, por el uso de la violencia como arte de persuasión. Prueba de ello es que en muchas fotos él y algunos amigos aparecen portando armas de fuego como ahora nosotros portamos celulares. Sin dudas los ´70 fueron una época violenta, no sólo desde lo político, sino también desde lo postural, desde la presencia del YO interrogando a quien mire a través de la fotografía, como queriendo ser grande antes de tiempo, aunque por esa época se era grande a los 20 años, hoy no se es grande ni a los 40. Hay una que me llama la atención, está blandiendo un revolver con su mano derecha, de costado, como los pistoleros de las películas de ahora. Apunta a quien mira la foto, por ende, apuntaba a quien la tomó. Tal vez el discurso sobre la juventud de aquella época era una distinta a la de hoy. Debo investigarlo, lo voy a anotar por ahí antes de olvidarlo. Tal vez era un esfuerzo poco fingido por no parecer jóvenes, inmaduros o que se yo. Que raro, nunca lo hablé con mi papá. Siempre supe de su afición a las armas de fuego, cuchillos y todo eso, crecí rodeado de pistolas, granadas, cuchillos, municiones y artilugios balísticos aunque de niño sentía terror de matar un pájaro con mi escopeta de aire comprimido. Demás está decir que cuando apuntaba hacia un pájaro nunca les atinaba, en parte porque era mal tirador, en parte supongo que por una pulsión inconsciente de no dañar a otro ser vivo. Más grandecito sentí el miedo de pensar que tal vez mi papá pensara que era medio puto por no gustarme las armas. Quizás los equivocados seamos los de mi generación. Quizás esta eterna juventud que vivimos nos impide aprehender la pesadez de la vida, de sus grandes intríngulis, como los nudos gordianos que quisieron desatar mi papá y esos chicos hace cuarenta años. Es posible que si en los ´70 hubiera existido Facebook caería por la pesadez de sus opiniones, mostrando los rasgos de adultez anticipada a partir de los 19 años. gaston caglia

25 mayo 2013

Muere el sociólogo Michel Crozier 1922-2013

Michel Crozier (1922-2013) perteneció al grupo de intelectuales franceses nacidos en el periodo de entreguerras cuya originalidad intelectual y metodológica traspasó las froteras francesas. Nacido en 1922 en la Marne (Francia), obtuvo su diploma de HEC Paris y una licenciatura en derecho (1949), antes de partir a los Estados Unidos de América durante catorce meses para estudiar los sindicatos. Lo que fue un auténtico choc. A lo largo de esa experiencia descubre otra forma de vivir y organizarse en sociedad que lo marca para siempre. De regreso a Francia se impone como el padre del análisis estratégico, expresión que designa a la vez una aproximación sociológica específica y un método de análisis de las organizaciones. Su obra puede concebirse en varias etapas. En el plano académico y científico, Michel Crozier no escondió su resentimiento frente a la evolución de la sociología francesa, la cual juzgaba de parcelada y carente de grandes ambiciones intelectuales. Deploró el magisterio que según él ejerció la figura de Pierre Bourdieu. En una entrevista concedida a la revista Anales afirmaba: "Se asistió a continuación a una especie de balkanización de la sociología, que ha tomado toda suerte de orientaciones diferentes, relativamente más empíricas. Cada sector encontró sus sociólogos: de ahora en adelante tenemos sociología de la educación, una sociología de la salud, una sociología de la cultura… En cambio, esos diversos dominios han permanecido relativamente cerrados los unos a los otros antes de que una mejor práctica de diálogo se instaure progresivamente. Una característica general es que el gran público que se interesa en las Ciencias Sociales ha estado pacientemente colonizado por Pierre Bourdieu y todos los que han trabajado con él desde una perspectiva contestataria. A través de la influencia del periódico Le Monde, él terminó por imponer su marca en toda la sociología." En 1962 funda el Centro de sociologia de las organizaciones (CSO). Algunas de sus obras El fenómeno burocrático (1964), La sociedad bloqueada (1970), The Crisis of Democracy (1975), El actor y el sistema (1977), La crisis de la inteligencia (1995), Ma belle époque: mémoires. 1, (2002) 1947-1969, À contre-courant: mémoires.2, 1969-2000 (2004), entre otras. Acá dejamos una nota sobre Crozier:Michel Crozier: "La contestación a la burocracia del poder es cada vez más fuerte" Sociólogo de lo cotidiano y autor de 'No se cambia la sociedad por decreto' El profesor francés Michel Crozier, sociólogo de lo cotidiano, como él mismo se califica, está convencido de que la contestación a la burocracia del poder es cada vez más fuerte. Así lo ha manifestado recien temente en Madrid, donde ha presentado uno de sus últimos libros, No se cambia la sociedad por decreto, que en su versión española ha sido editado por el Instituto Nacional de Administración Pública. Además ha pronunciado una conferencia bajo el título Las administraciones públicas y el cambio social. Crozier, director del Centro de Sociología de las Organizaciones del Instituto de Estudios Políticos de París, autor de casi una decena de libros sobre el fenómeno de la buiocracia, es, posiblemente, el crítico más profundo que se ha levantado contra la Administración francesa, puesta muchas veces como modelo de funcionamiento. En su intervención de Madrid, Crozier dijo que la actual Administración francesa había cosechado muchos fracasos porque no se había adaptado a los cambios sociales que se han producido en el tejido de la población. Para el sociólogo francés no sólo tiene problemas la Administración francesa, sino que todas las administraciones públicas, en general, están en crisis porque no se han adaptado o se adaptan difícilmente a 0las transformaciones aceleradas y profundas del entorno social. "El problema más grave de esta sociedad en la que vivimos es precisamente el divorcio entre los objetivos a realizar y la realidad. El irrealismo es un problema del que no salen las administraciones. Éstas no tienen los pies sobre, la tierra". El autor de No se cambia la sociedad por decreto, que fue en otro tiempo fundador y miembro muy activo del Club Jean Moulin, que trató de renovar la vida política francesa en'los años sesenta a través, sobre todo, de acciones cívicas, dice que es un sociólogo de lo cotidiano porque parte del conocimiento de la realidad diaria "para luego entender cuáles son los problemas de comunicación y relación de la sociedad con la Administración". "Resulta que esta comunicación funcioníamal porque las administraciones no son capaces de hacer frente al crecimiento de la complejidad social, mucho más desarrollada en determinados aspectos que las propias tecnologías. Gracias a esta complejidad se consolida la libertad de los actores sociales, y el Estado no puede seguir ejerciendo el control social sobre el ciudadano en nombre de la propia sociedad". "Los controles se multiplican", dice Crozier, "pero son cada vez menos eficaces frente a unos ciudadanos que viven dentro de un mundo caracterizado por la abundancia de la información y la explosión de las comunicaciones. En muchos casos, los ciudadanos están tan informados como la Administración, y por tanto la información ya no puede ser considerada como un instrumento de poder en manos de una sola de las partes". La falta de entendimiento entre las administraciones y los ciudadanos se ensancha todavía más por una contradicción: los individuos y grupos sociales demandan cada vez más la intervención de los poderes públicos en muchos aspectos de la vida cotidiana, y, sin embargo, cada vez es más limitada la capacidad de intervenir que tiene la Administración, sobre todo la Administración concebida al modo tradicional. Ante este panorama, no es extraño, según señala Crozier, que aparezcan cada vez más formas de contestación a la burocracia del poder y al poder de la burocracia. Descripción apocalíptica Lo que podría parecer una descripción caricaturizada e incluso apocalíptica sobre el desarrollo de las administraciones tiene para Crozier un punto de salvación. "Las vías de desarrollo indispensables", dice el sociólogo francés, "para responder a los profundos cambios sociales en curso exigen, sobre todo, un esfuerzo intelectual. Se concentran muchos esfuerzos en el análisís de las tecnologías en punta, pero no se toma conciencia de que probablemente la verdadera revolución se está produciendo en las relaciones humanas y en los modos de organización en los que la Administración pública puede y debe jugar un papel muy importante". http://elpais.com/diario/1984/10/02/sociedad/465519609_850215.html

19 mayo 2013

La socióloga Saskia Sassen gana el Premio Príncipe Asturias de Ciencias Sociales 2013

La socióloga holandesa, nacionalizada estadounidense, Saskia Sassen (@SaskiaSassen) ha sido condecorada con el Premio Príncipe Asturias de Ciencias Sociales 2013, así lo anunció el fallo del jurado reunido en Oviedo. Según consta el acta, el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales 2013 ha sido concedido a Saskia Sassen "por su contribución a la sociología urbana y al análisis de las dimensiones social, económica y política de la globalización". "Escribí al jefe de mi departamento en Columbia y le dije que, aunque creía que no iba a ganar, estaba entre los finalistas y eso era bueno para la sociología", afirmó la autora de La ciudad global (1991) en una entrevista horas antes de conocer el resultado de la votación. La profesora Sassen, casada con el también sociólogo Richard Sennett, se suma a Zygmunt Bauman y Alain Touraine (2010), Ralf Dahrendorf (2007), Jürgen Habermas (2003) y Anthony Giddens (2002) como el grupo de sociólogos galardonados con esta distinción. —Vía Priscila Cedillo | Fuente: ABC.es

29 abril 2013

A diez años de la mayor inundación de la ciudad de Santa Fe. Sociológia del Agua (con mayúsculas)

Los ruidos del agua. ¿Qué ciudad se está gestando?; ¿Se podía prever la catástrofe? se pregunta Svampa y prosigue el debate de la última Ñ sobre las urbes inundadas y el futuro inquietante. Por Maristella Svampa Según la autora, se debe repensar la dinámica destructiva de los modelos vigentes. El agua jaquea a las ciudades y sus hombres Por estos días alguien recordaba la frase de Mike Davis, gran urbanista e historiador, cuando refiriéndose al huracán Katrina, que devastó la ciudad de Nueva Orléans, afirmó: “Esta es la menos natural de las catástrofes”. ¿Es esto aplicable a la catástrofe que asoló las ciudades de La Plata y Buenos Aires? ¿Se trata ciertamente de un fenómeno que conoce sólo fuentes antropogénicas o hay que “culpar” a la Naturaleza, como hiciera, entre otros, el intendente de La Plata? ¿Qué tipo de ciudad se está consolidando en la Argentina y cuál es su relación con los modelos de desarrollo actualmente vigentes? ¿Hay más o menos Estado, o más bien, para qué sirve el Estado que algunos señalan como singularmente ausente y desde el oficialismo declaman como un actor omnipresente? Son numerosos los debates de fondo que se abren a partir de la enorme catástrofe sufrida por la población platense y algunos barrios de la ciudad de Buenos Aires. En el número anterior de Ñ , el excelente artículo de Margarita Gascón aludía a la compleja materialidad de la ciudad moderna, la relación con el ambiente en la era del Antropoceno, mientras que el de Guillermo Tella ponía el acento en el desarrollo inmobiliario y la necesidad de generar escenarios de tipo preventivo. En diálogo con ambas notas, quisiera enfatizar la importancia de los factores antropogénicos, término que designa aquellos efectos y procesos causados por las actividades humanas, vinculándolos más directamente con los modelos de desarrollo y las dinámicas políticas y económicas. En sintonía con el documento presentado por numerosas organizaciones políticas, sociales e intelectuales, titulado “La tormenta tiene causas naturales, la catástrofe no”, creemos que en nuestro país los procesos antropogénicos que afectan la relación entre el hombre, su hábitat y el ambiente, se ven agravados por las formas dominantes de apropiación del territorio y, en consecuencia, por los modelos de desarrollo que hoy se impulsan deliberadamente desde las diferentes estructuras del Estado. Para comenzar, el modelo estrella, el sojero, cuyas consecuencias son la deforestación, el acaparamiento de tierras y el desplazamiento de poblaciones hacia las ciudades; la megaminería, responsable de la contaminación de aguas y suelos, así como de pasivos ambientales; la explotación hidrocarburífera, que ahora apunta a explotar los llamados combustibles no convencionales a través de la fractura hidráulica o fracking, el cual, como demuestran diferentes estudios científicos, contamina las aguas y puede generar movimientos sísmicos; el transporte, el cual, desde el desmantelamiento del sistema ferroviario, en los 90, ha sobredimensionado el uso del transporte terrestre; en fin, cada vez más, el modelo inmobiliario que impulsa la urbanización descontrolada, la especulación, la eliminación de espacios verdes y la expulsión de poblaciones vulnerables. La expansión de tales modelos de (mal)desarrollo, en un contexto de acelerado cambio climático, a lo cual hay que sumar la ausencia de previsión y la nada inocente falta de control de los funcionarios, en sus distintos niveles, nos advierte sobre el carácter peligrosamente insustentable de nuestras ciudades, al tiempo que echa luz no sólo sobre esta catástrofe y aquellas que podrían venir, sino también sobre el “proyecto de país”, a la larga también insustentable, que se estaría consolidando. Numerosos analistas aludieron críticamente a la construcción descontrolada en las ciudades. En esta línea, otra variable preocupante es la expansión de los megamprendimientos residenciales –al estilo de los countries–, comerciales y turísticos, que se reactivaron de la mano de desarrolladores y grandes grupos inmobiliarios a partir de 2004. Al igual que en los 90, dichos grupos están poco interesados en cumplir con regulaciones urbanísticas y ambientales que, por otra parte, el propio Estado no les exige. Un ejemplo son las urbanizaciones cerradas acuáticas –que construyen su oferta en torno de paisajes asociados al agua– asentadas en la cuenca de los ríos Luján, Paraná de las Palmas y Reconquista. Tal como analiza la geógrafa platense Patricia Pintos, estas urbanizaciones tienden a desplazar poblaciones vulnerables y amenazan ecosistemas estratégicos y frágiles, como los humedales y las cuencas de los ríos, imprescindibles para la sustentabilidad del aglomerado metropolitano. Algo similar sucede con los megaemprendimientos comerciales y residenciales proyectados en Quilmes y otras localidades, que buscan emular el modelo elitista de Puerto Madero. Y, aunque parezca increíble, esto pretende hacerse invocando la defensa de la naturaleza y la sustentabilidad… Por último, otra variable importante es la proliferación de asentamientos, junto a los arroyos y ríos (inundables), así como en las ciudades. Sólo en la ciudad de Buenos Aires, en los últimos diez años, la población en asentamientos aumentó un 50%. De modo que, pese a la retórica progresista en boga, no hemos salido del modelo de ciudad neoliberal. Antes bien, tanto el kirchnerismo como el macrismo enfatizaron la dinámica urbana propia del neoliberalismo. Frente a ello, cabe preguntar acerca del significado del retorno del Estado, cuando la realidad urbana muestra que su rol apunta a profundizar la acción del mercado, de la mano de los grandes agentes económicos –algo ilustrado por las reformas del Código de Ordenamiento Urbano en La Plata o por los negociados inmobiliarios en la ciudad de Buenos Aires, que comprometen al oficialismo local y nacional–, lo cual choca a todas luces con un modelo de ciudad socialmente inclusiva y ambientalmente sustentable. Así, si nuestras catástrofes entrecruzan de manera perturbadora escenas microapocalípticas, esto es, localizadas, de caos y muerte, con situaciones de solidaridad y auto-organización social, lo hacen de cara a un Estado bifronte: ausente en lo que respecta a la prevención y manejo de las emergencias, pero presente, en tanto actor crucial en la instalación o potenciación de dichas dinámicas destructivas. En suma, de cara a la catástrofe, resulta imperioso reflexionar sobre la dinámica destructiva de los modelos de desarrollo y los tipos urbanos que se van consolidando. Consecuentemente, debemos repensar el rol del Estado, pues su retorno, tal como está planteado, no garantiza cambios de fondo en relación con la dinámica neoliberal. La ciudad contemporánea, para citar una vez más a Mike Davis, exige urgentes y ambiciosas investigaciones científicas, una ecología urbana que muchos desconocen o minimizan, una mirada integral, no soluciones lineales, estructuras conceptuales de gran escala que nos ayuden a entender su naturaleza, ya que “sólo una fina y transparente hoja de frágil cristal separa la civilización de su recaída catastrófica en el abismo de la historia”.

¿Cuál es la razón por la que adoramos las cosas bellas?

A partir de diversas pruebas, las neurociencias empiezan a descubrir qué efecto tienen los buenos diseños en el cerebro de las personas Por Lance Hosey | The New York Times Como dijo una vez el experto en administración Garet Hamel, el buen diseño se ajusta a la famosa definición que dio Justice Potter Stewart de la pornografía: uno lo reconoce cuando lo ve. Y también cuando desea apropiárselo: ciertos estudios de imágenes del cerebro revelan que cuando vemos un producto atractivo puede activarse una parte que gobierna el movimiento de la mano. Instintivamente, la extendemos para alcanzar las cosas que nos atraen. La belleza, literalmente, nos atrae. Sin embargo, no se sabe bien por qué, dice Hamel. Ahora, eso está empezando a cambiar. Ya está en marcha una verdadera revolución en la ciencia del diseño, y la mayoría de la gente, incluidos los diseñadores, ni siquiera lo sabe. Por ejemplo, el color. El año último, investigadores alemanes descubrieron que con ver ciertos tonos de verde alcanza para que se disparen la creatividad y la motivación. Es fácil adivinar por qué: asociamos el verde con la vegetación que produce alimentos, con la promesa que eso implica. Según muestran esos estudios, en parte eso podría explicar por qué una habitación con vista al paisaje puede acelerar la recuperación de los pacientes en los hospitales, fomentar el aprendizaje en las aulas y alentar la productividad en los lugares de trabajo. Estudios realizados en call-centers han demostrado que los empleados que podían ver por la ventana realizan sus tareas con un 6 o 7 por ciento más de eficiencia que aquellos que no tienen una ventana cerca, lo que genera un ahorro anual de cerca de 3000 dólares por empleado. En algunos casos puede producirse el mismo efecto con un mural fotográfico o incluso pintado, aunque no se parezca a una imagen real. Las corporaciones invierten grandes cantidades de dinero para entender lo que motiva a sus empleados, y resulta ser que un poco de color o un mural pueden lograrlo. La geometría simple también está conduciendo a revelaciones similares. Durante más de 2000 años, filósofos, matemáticos y artistas se han maravillado de las propiedades únicas del rectángulo dorado: si a un rectángulo dorado se le sustrae un cuadrado, lo que queda es otro rectángulo dorado, y así sucesivamente hasta el infinito. Las así llamadas proporciones mágicas (alrededor de 5 por 8) son frecuentes en el formato de libros, estudios de televisión y tarjetas de crédito, y son la estructura que subyace en algunos de los diseños más venerados de la historia: las fachadas del Partenón y Notre Dame, el rostro de la Mona Lisa, el violín Stradivarius y el iPod original. Hay experimentos que se remontan al siglo XIX que demuestran que las personas prefieren imágenes con esas proporciones, pero ninguno demostró por qué. Luego, en 2009, un profesor de la Universidad de Duke probó que nuestros ojos escanean más rápidamente una imagen cuando tiene la forma de un rectángulo dorado. Es la disposición ideal, por ejemplo, de un párrafo de texto, la que más ayuda a la lectura y la retención. Esa simple forma acelera nuestra capacidad de percibir el mundo, y sin darnos cuenta, la utilizamos siempre que podemos. Algunos patrones también tienen ese atractivo universal. Los fractales naturales -geometría irregular autorreplicante- están presentes prácticamente en toda la naturaleza, desde las líneas costeras y el curso de los ríos hasta los copos de nieve y las nervaduras de las hojas, e incluso en nuestros pulmones. En los últimos años, los físicos han descubierto que la gente prefiere invariablemente una determinada densidad matemática de fractales: ni demasiado densa ni demasiado dispersa. Según esa teoría, ese patrón en particular es un eco de la forma de los árboles, y más específicamente de la acacia de la sabana africana, que está albergada en la memoria humana como cuna de la raza humana. Parafraseando a un biólogo, la belleza está en los genes del que mira, y nuestro hogar está donde nació el genoma. En 1949, la revista Life nombró a James Pollock como "el más grande pintor vivo de Estados Unidos", cuando el artista estaba creando esos cuadros que hoy sabemos que contienen una densidad fractal óptima (alrededor de 1,3 en una escala de 1 a 2 que va de vacío a sólido). Nuestra respuesta a ese patrón geométrico es tan rotunda que hasta puede reducir los niveles de estrés hasta un 60 por ciento, por el simple hecho de estar presente dentro de nuestro campo de visión. Un investigador calculó que ya que los estadounidenses gastan 300.000 millones de dólares el año en enfermedades relacionadas con el estrés, los beneficios económicos de estas formas, si se aplicaran generalizadamente, podrían ser billonarios. No debería sorprendernos que el buen diseño tenga efectos tan contundentes. Después de todo, el mal diseño produce los efectos inversos: las computadoras mal diseñadas pueden lastimarnos las muñecas, las sillas de formas extrañas pueden dañarnos la espalda y la luz demasiado intensa puede cansarnos los ojos. Pensamos en el gran diseño como un arte, no una ciencia. Como si fuera un misterioso regalo de los dioses. Pero si los diseñadores supieran más de la matemática de la atracción, la mecánica del afecto, todos los objetos diseñados -desde las casas hasta los celulares, pasando por las oficinas y los autos- podrían ser lindos y a la vez beneficiosos. http://www.lanacion.com.ar/1566048-cual-es-la-razon-por-la-que-adoramos-las-cosas-bellas

Cómo detener las armas a balazos

Las masacres ocurridas en EE.UU. evidencian el libre acceso al arsenal ofrecido hasta en supermercados. Poseer un letal fusil semiautomático es un derecho que nadie cuestiona. "Acompañamos al resto del mundo en el duelo por los trágicos acontecimientos que se produjeron en Newtown el viernes 14 de diciembre. Los corazones de todos nosotros están con nuestros pares de Connecticut a raíz de las pérdidas inimaginables que han sufrido". Esa inscripción no estaba en la fachada de una iglesia, de un colegio o de un club deportivo. Se leía en la página web de la tradicional fábrica de revólveres, pistolas y rifles Colt, situada en Hartford, Connecticut, a menos de cien kilómetros de la escuela primaria de Sandy Hook, donde hace cuatro meses un chico llamado Adam Lanza asesinó a veinte niños y seis adultos, después de matar a su madre con las armas que ésta tenía en casa. Uno podría especular que, previendo el vendaval de críticas que estaba a punto de desencadenarse (una vez más) a causa de la facilidad con la que cualquiera puede comprar un arma en Estados Unidos, Colt tuvo reflejos rápidos y se atajó con un mensaje de empatía. Pero además de reflejos, tuvo suerte: ninguna de las armas que usó Lanza provenían de esa empresa; en cambio eran de Carolina del Norte, de Austria y de una firma de capitales alemanes y suizos. Pero el mundo es redondo y la sombra de Colt se proyecta, también, sobre la matanza de Sandy Hook. El rifle semiautomático Bushmaster con el que Adam Lanza mató, se basa en un modelo clásico inventado en los años '50 por una empresa llamada ArmaLite, que tras sucesivos fracasos económicos le vendió el diseño justamente a Colt. Y Colt se las arregló para convertir ese rifle, cuyo nombre genérico es AR–15, en una de las armas favoritas del ejército estadounidense, rebautizado para su uso bélico como M16, y que probó uno de sus primeros éxitos en la guerra de Vietnam. En 1963, Colt puso a la venta la versión civil de su gloria miliar, aunque al principio la compraban, sobre todo, veteranos de guerra y coleccionistas de armas. Gracias a modificaciones para hacerlos más "competitivos" y para que entraran al nicho del tiro deportivo, el mercado se expandió y pronto se sumaron otros entusiastas fabricantes de fusiles semiautomáticos, como Smith & Wesson, Remington, DPMS, Stag, Rock River, y Bushmaster, una popular empresa de Carolina del Norte, que se jacta de ser la proveedora número uno de AR–15en Estados Unidos. Para darse una idea cómo es ese fusil ponga en Google "Bushmaster AR–15" y fíjese, sobre todo, en su tamaño. La madre de Adam Lanza no era una excéntrica por tener en su casa semejante arma de fuego. Entre 2000 y 2010 se vendieron más de dos millones de AR–15 en Estados Unidos. Y el llamado "Freedom group", que es la casa matriz de Bushmaster, Remington y DPMS, anunció en su informe de 2011 que los rifles semiautomáticos (a los que llama "carabinas deportivas modernas") eran uno de sus productos más prometedores, con ventas que habían crecido un 27% desde 2007. Tan populares son esas "carabinas" que en 2009 y 2010 el sitio Gunbroker.com remató un AR–15 completamente rosa para sumarse a la lucha contra el cáncer de mama. Y por eso la sombra de Colt se proyecta sobre los niños asesinados en Sandy Hook: porque popularizó un arma de guerra cuya virtud principal es disparar muchas balas (hasta 45) en poco tiempo (un minuto), sin necesidad de recargar. Los modelos de Bushmaster se consiguen en armerías y también en más de 1500 Walmarts en todo Estados Unidos, bajo la categoría "deporte y recreación". Los modelos de Colt, más refinados, longevos y caros, también se consiguen ahí. Reducción de daño Adam Lanza está lejos de haber sido el primer civil estadounidense en disparar un AR–15 en esas matanzas indiscriminadas. En julio de 2012, durante el estreno de Batman: El caballero de la noche en un cine de Colorado, James Eagan Holmes mató a doce personas e hirió a cincuenta y ocho con uno de los modelos de Smith & Wesson. Hay más ejemplos. Pero lo cierto es que no hace falta ese fusil para causar un gran daño; basta una pistola semiautomática con mucha munición, porque el acopio de munición suple una mala puntería. Seung Hui Cho, que en 2007 asesinó a treinta y tres e hirió a veintinueve en la Universidad Estatal de Virginia, llevaba una Glock 19 que, dependiendo del cargador utilizado, tiene capacidad para disparar hasta treinta y tres balas de una vez. La llamada Prohibición Federal de Armas de Asalto, que estuvo vigente en Estados Unidos entre 1994 y 2004, paralizó la fabricación de ciertas versiones civiles de ese tipo de armas e ilegalizó su venta y tenencia, argumentando que permiten matar y herir a un gran número de personas e infligir múltiples heridas en cada víctima en un abrir y cerrar de ojos. La lógica detrás de la ley fue la de reducción de daño: no impedir que la gente compre armas, sino que quienes lo hacen y deciden matar, maten a la menor cantidad de gente posible. Es decir, minimizar la tasa de mortalidad de esos tristemente esperables ataques. Pero además de ese singular punto de partida, la ley tuvo agujeros por los que se infiltraron demasiadas salvedades. Por empezar, no hay una definición consensuada de "arma de asalto", aparte de su particularidad de balear mucho en poco tiempo. Existen las automáticas (que disparan continuamente cuando se aprieta el gatillo y cuya regulación es estricta desde 1934), y las semiautomáticas (que disparan por cada pulsión de gatillo), y el Congreso se enfocó en dieciocho tipos, incluyendo el AR–15, y limitó la producción de cargadores de alta capacidad, poniéndoles un tope de diez balas. Sin embargo, dejó fuera de la prohibición a rifles como el Colt Match Tiger, por no considerarlo "de la familia AR–15" aunque tuviera su misma capacidad letal. Esa ley tampoco restringió la venta de las armas que ya habían sido fabricadas y el tiempo que demoró en entrar en vigencia fue aprovechado por las empresas para confeccionar y vender todo el arsenal que amenazaba con prohibirse. Cuando la ley se hizo efectiva, había suficientes armas para pasar el invierno. Y cuando caducó en 2004, nadie la renovó. Tres años después, Seung Hui Cho compraba para su pistola semiautomática Glock un cargador de quince balas. Los hombres del rifle Los defensores de la circulación irrestricta de armas para uso civil en Estados Unidos –entre ellos la Asociación Nacional del Rifle (NRA), que tiene gran peso político–, no ven la conexión entre el arma escogida por Adam Lanza o Seung Hui Cho y las masacres que cometieron. En sus términos, para perpetrar una matanza sólo se necesita a alguien medio loco y a civiles desarmados. En ese sentido, un AR–15 o un cargador de alta capacidad darían lo mismo que un revólver del siglo XIX con un tambor para seis balas. Robert VenBruggen, editor de la revista conservadora The National Review, llegó a decir que no tiene sentido controlar la munición .233 que usó Lanza en su fusil semiautomático, ya que "en algunos estados está prohibida para cazar ciervos por ser demasiado endeble". El autor se ahorró la explicación de que esa veda se basa en cuestiones éticas, ya que un animal que pesa como mínimo cien kilos difícilmente muera al instante al ser impactado por una bala así. Se ahorró también el detalle de que las víctimas de Lanza, en su enorme mayoría, no llegaban a los treinta kilos. El argumento de VenBruggen, que abreva en la supuesta inocuidad de cualquier arma de fuego y de cualquier bala per se, es recurrente en este debate. Otro argumento, que ha despuntado con fuerza tras Sandy Hook, sostiene que a las armas sólo puede combatírselas con más armas: ya que existen y es impracticable deshacerse de ellas del todo, lo que toca hacer es pertrecharse para enfrentar a eventuales asesinos. Todavía no se habían hecho los funerales de Newtown cuando la asamblea legislativa de Michigan envió al gobernador republicano Rick Snyder un proyecto de ley para permitir a "usuarios autorizados y responsables" llevar armas a lugares donde, hasta ahora, no tienen permitido hacerlo. Como a las escuelas. Y tras una semana de silencio, el vicepresidente de la NRA, Wayne LaPierre, declaró didácticamente que "lo único que detiene a un hombre malo con un arma, es un hombre bueno con un arma". En ese sentido, y como si fuese el acople de fondo de un enorme diálogo de sordos, el pasado 2 de abril la NRA explicó el llamado "Escudo escolar nacional", por el que presionará para que cada colegio estadounidense tenga, por lo menos, un empleado armado que deberá someterse a unas sesenta horas de entrenamiento. El otro argumento es el del derecho constitucional: la Segunda Enmienda de Estados Unidos, escrita hace más de doscientos años, dice: "Siendo necesaria una milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado libre, el derecho del Pueblo a poseer y portar armas no será infringido." Para la lectura oficial, la enmienda se creó con el fin de asegurar al pueblo revolucionario el derecho a armarse para derrocar un eventual gobierno tiránico. Pero otras lecturas aseguran que los padres fundadores alentaron la enmienda para darle a estados con los que necesitaban congraciarse, como Virginia, el derecho a reprimir con revólveres y escopetas los levantamientos de esclavos. Tras la matanza de Newtown, Barack Obama viajó a Connecticut y dijo: "Desde que soy presidente es la cuarta vez que nos reunimos para acompañar a una comunidad destrozada por matanzas masivas (...) Estas tragedias deben terminar, y para que terminen debemos cambiar. Nos dirán que las causas de este tipo de violencia son complejas, y es cierto. Pero esa no es excusa para no hacer nada". La intención declarada es presionar al Congreso para que prohíba las armas de asalto y los cargadores de alta capacidad, amplíe la verificación de antecedentes, y endurezca de las leyes de tráfico de armas. De tocar la Segunda Enmienda, nadie habla. La rabia de King Entre todas las voces que se han alzado desde la matanza de Sandy Hook, la menos esperada fue sin duda la del best–seller mundial del horror, Stephen King. Él tiene tres armas en su casa y un ensayo recién publicado llamado Guns, que se consigue a 99 centavos de dólar en Amazon y que vale la pena leer. Es un manifiesto breve acerca de la verdadera inmoralidad que supone dejar armas semiautomáticas a disposición de cualquiera, y el punto de partida es su propia experiencia como autor del libro favorito de por lo menos cuatro adolescentes que entraron armados a sus colegios. Se trata de Rage (Rabia), que escribió cuando estaba en el secundario y publicó años después bajo el seudónimo de Richard Bachman. Allí un chico llamado Charlie mata a su profesora de álgebra y mantiene rehenes a sus compañeros. King decidió sacarlo del mercado no porque pensara que su libro había provocado o inspirado las masacres, sino porque "no se deja un bidón de gasolina al lado de un chico con tendencias piromaníacas". King desarticula los argumentos principales de los fanáticos de las armas, como el muy esgrimido de la defensa propia y el de la supuesta "cultura de la violencia" en que viven los estadounidenses. El escritor no propone soluciones, pero sí "medidas razonables": averiguaciones de antecedentes más efectivas, prohibición de cargadores de alta capacidad, y la más difícil de concretarse: control absoluto de armas como el AR-15. ¿Por qué es tan difícil? Porque los miembros de la Asociación Nacional del Rifle tienen una enorme influencia en el Congreso. Y también, dice King, "porque muchos partidarios de las armas se aferran a las semiautomáticas de la misma manera que Amy Winehouse y Michael Jackson se aferraban a la mierda que los estaba matando." Por Ana Prieto. http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/Masacres-armas-EE-UU_0_896310379.html

06 abril 2013

“Threads”, Corea del Norte y la reflexividad de una sociedad posindustrial

La brabuconada de Corea del Norte con la amenaza misilística de días atrás me hizo retrotraer a cuando era un niño de once o doce años, allá por los años 1987 o 1988. Puede resultar abrumador observar los hechos cotidanos con ojos de sociólogo pero en esos años, por un descuido de mis padres, pude ver una película en la vieja video reproductora que teníamos en mi casa, las video caseteras eran prohibitivas para el presupuesto familiar de esa época. El mentado film de ficción, rodada y exhibida hacia el año 1984, se trataba de "Hilachas” (el título en español, “Threads” en inglés), que dejó una profunda impresión en mí. Hay que recordar que si bien por esos años agonizaba la U.R.S.S., el mundo bipolar todavía estaba vivo o dando sus últimos estertores. Eran épocas de la “guerra fría” y en consecuencia de potenciales conflictos bélicos a escala global. La película está filmada, como dije antes, como en lo que años después se pondría de moda, es decir, con el formato de documental ficcionado. En él se relata la vida de una joven pareja que debe hacer frente al embarazo de la chica. Todo ello en un contexto de lo más sombrío, pues el mundo comienza a colapsar cuando fuerzas soviéticas (los malos) invaden Irán y E.E.U.U. - junto con OTAN (los buenos)- decide responder militarmente, por lo que se inicia una escalada de violencia con armas nucleares de corto alcance. En G.B. comienzan a tomar medidas para afrontar la situación organizando a los gobiernos locales para el aprovisionamiento de alimentos, medicamentos y grupos de socorristas. Con el transcurso de los días y casi de improvisto la sociedad comienza a tomar razón de la gravedad de los acontecimientos, pero las cartas están echadas. Inglaterra es uno de los primeros países afectados por la guerra nuclear mundial. Así, la protagonista, deberá afrontar su embarazo en ese presente apocalíptico en donde las bombas nucleares comienzan a caer en su país. La película, cabe decir, es descarnada en extremo para la época de su estreno. Hay imágenes de cadáveres y gente mortalmente quemada. Por la hambruna la gente hasta come roedores. Por todos lados se ve muerte por radiación, destrucción y una desorganización total de un gobierno que ya casi no existe más. Sólo actúan algunas milicias un tanto autónomas y sin control de un poder central que no saben a quien obedecer ni qué hacer. El film es aleccionador al tocar todas las aristas posibles de un futuro post guerra nuclear: hambre, gente gravemente enferma y herida comiendo animales crudos, clima inhóspito, vandalismo y desmoralización y desorganización social. A diferencia de otros filmes con la misma temática en ésta, el director proyecta los posibles efectos de una guerra nuclear a escala global quince años hacia delante. En ella se puede ver el fin de la civilización como la conocemos hoy o lisa y llanamente el fin de la humanidad al perecer los animales, vegetales y provocarse la esterilidad de todo lo que en un momento tuvo con vida. Así se pueden ver a colonias de personas al filo de sus posibilidades físicas y mentales luchar contra la tierra yerma para poder extraer unos granos de ella. Ese futuro, el de 1984, todavía no llegó y las posibilidades de que ello ocurra están cada vez más lejos. Eran los miedos de una época pretérita pues en definitiva la ciencia ficción o las hipótesis de futuros posibles no hacen más que hablarnos sobre nuestro presente. En ese caso es el presente de la “guerra fría”, es decir, de los miedos de ese presente. Esta ficción, una muestra clara declo que se denomina distopía, nos dice que por los años 80 íbamos por mal camino, aunque si bien estábamos lejos de la crisis de los misiles en octubre de 1962, el sabor que queda en la boca es el de saborear de cerca cómo sería un futuro pos apocalíptico. Posiblemente el director del film proyectaba el porvenir de ciertas características de la sociedad actual como una alarma de advertencia; en congruencia con esto podemos decir que dos años después tuvimos el desastre de Chernobil y el Challenger. Dos grandes fracasos para la humanidad o mejor dicho para la fe en la tecnología humana. En ese mismo año se publicaba un libro de Ulrich Beck, “Sociedad de Riesgo” en donde sienta las bases de sus ideas principales: * Los riesgos (no los peligros) causan daños sistemáticos a irreversibles a nivel mundial; * La lógica del reparto de los riesgos sigue el camino de la desigualdad social estructural; * Se produce un retorno a la incertidumbre: el riesgo es impredecible y si se puede predecir no hay nada que lo pueda detener. * Éstos se desarrollan en la sociedad industrial que es super-reflexiva y que no puede dejar de interrogarse por esos problemas que introduce la modernidad en nuestras vidas y que, como los sistemas expertos que no podemos controlar y que dominan nuestras vidas, nos generan un gran malestar interno. Si en esos años todavía temíamos a la tercera guerra mundial o a los problemas ambientales propios de la radiación, Threads es un film antibelicista, un grito sin temor a la vergüenza, una hipótesis de conflicto que hoy ha quedado reservada para los libros de historia y que dificilmente pueda plantearse en la mente de más de dos personas, pero, siempre hay un pero, la humanidad enfrenta nuevos problemas; y las soluciones pasan por esos sistemas expertos que de un momento a otro pueden desquiciarse como se desquician al fracasar quienes debían evitar ese conflicto armado a escala global. Los males del ayer evidentemente no son los de hoy. Las “viejas incertidumbres conocidas” de antaño han sido reemplazadas por las “modernas incertidumbres desconocidas”, si se permite este juego de palabras. Las “guerra fría” dió paso a la “paz caliente” y nunca llegó “el fin de la historia”. Ayer el enemigo tenía otro color de piel, hablaba otro idioma y tenía otra religion, hoy estos tienden a ser reemplazados, claro, salvo este presidente norcoreano, por quienes son idénticos a nosotros, quienes están mimetizados en nuestra sociedad, curas pedófilos, delincuentes informáticos, falsos profetas, etc. El enemigo duerme dentro de nuestra casa, está en la web cada vez que nos conectamos, hasta los solemos votar. Las hiperreflexibidad de esta modernidad nos llena de temores a lo que puede venir, no una guerra nuclear, sino un enemigo con el rostro velado. Un enemigo que ni siquiera él mismo sabe que lo es, como por ejemplo quien manipula una central nuclear, un avión o produce medicamentos o alimentos transgénicos. Podemos ser “malos” sin saberlo al usar un desodorante que daña la capa de ozono, podemos consumir alimentos de dudosa calidad transgénica o comprar ropa producida en un “taller de esclavos”, como hace referencia el Papa Francisco. A las par, y como plantea Z. Bauman en “La sociedad sitiada”, hay cada vez más una distancia entre el ver-saber-actuar. ¿Porqué? Por que el ametrallamiento de imágenes de los medios de comunicación puede coartar nuestra asimilación de verdaderos conocimientos. Y a su vez, es imposible hoy sostener con honestidad intelectual que uno ignora lo que está pasando en el resto del mundo. Así se establece el binomio entre los que hacen el mal y los testigos. Todos somos testigos, a la par que somos menos tolerantes a los males que provocan esos malvados. Malvados que en líneas generales, antes podían probocar el mal hasta donde llegaban las balas que disparaban sus armas, pero que hoy sus acciones pueden ser a escala global y lo que es peor, sin que el común de la gente podamos enterarnos salvo cuando el mal ya lleva tiempo entre nosotros. ¿Cuáles son los miedos de nuestro presente? El sufrimiento y las miserias diarias, el sufrimiento que vemos por tv, por youtube, pero que cuando nos hastía nos permite cambiar impunemente de canal. Somos cada vez más intolerantes contra los males que vemos a diario, pero no actuamos en consecuencia. El derretimiento de los hielos, los alimentos transgénicos, la capa de ozono, la trata de humanos, etc etc. Pero cuando nos cansa, cambiamos de canal. Así, literalmente hemos asesinado a la empatía. En todo caso podemos hablar de la desesperanza, de la pérdida de la fe, tan terrible o devastador como un holocausto nuclear que pueden ser similares a la falta de horizontes claros. Finaliza la película, como corresponde a los miedos de la época, con un mundo similar a la Edad Media, con una generación deformada por la radiación y totalmente degradada por las condiciones reinantes en donde ni siquiera pueden articular palabras o frases enteras, es la barbarie que se impone por fuerza de la radiación. ¿Cómo finalizaría nuestra película (peligros) actual? Dificilmente con un mundo pos guerra nuclear. En Facebook hice un comentario relativo a el conflicto con Corea del Norte y ninguno de mis "amigos" cogieron el guante, señal sin dudas de que el conflicto bélico nuclear a escala mundial no es tomado seriamente por mis congéneres, aunque sí el sufrimiento de los animales y la violencia de género, entre otros. El film está en muchos portales de Internet, basta con buscarlo en Google. A modo de sugerencia se puede ir a: http://www.teledocumentales.com/tag/armas-nucleares/

14 enero 2013

Sobre el “Gangnam style” y la crítica social

Ahora que el cantante - artista (!?) surcoreano PSY ha hecho pública su intención de dejar de cantar su tremendo hit “Gangnam style”, a duras se pronunciarlo, recorriendo algunas revistas culturales me encontré con una nota, firmada por Mariano Turzi, muy interesante sobre este hit que tanto suena en las radios y que es furor en internet, en especial en Youtube. El mentado artículo, titulado “El ritmo de la noche global”, merece ser reproducido en parte por dos obvias cuestiones. La primera es poner de relieve que en China todavía existe censura y que es muy loable la actividad del Sr. Ai Wei Wei, quien se apropia de la mencionada canción para resignificarla en una nueva canción de protesta contra el control y censura chinos. En segundo lugar es muy interesante la observación que formula Mariano Turzi (Doctor en Relaciones Internacionales y Dir. del Programa de Asia Pacifico de la Univ. Torcuato Di Tella) respecto a la crítica social que se encuentra detrás de un tema pegadizo, liviano y en un idioma que no todos conocemos. Al respecto es interesante observar que en tiempos de liviandad moral y social, en donde la vida materialista, orientada por el culto al consumo e individualista, este artista se manifiesta muy sociológicamente haciendo una crítica mordaz del homo economicus hoy consumista. Dice Turzi: “... El foco de atención del Gangnam ha estado en la música pegadiza, la coreografía novedosa o el aspecto peculiar de PSY. Pero una mirada que tome al hecho artístico en su imbricación con la estructura socioeconómica y política coreana la mostraría más como una caricatura crítica del materialismo irracional de una sociedad que experimenta la modernidad capitalista. Todo el videoclip es una ácida crítica al estilo de vida que se vive en el distrito de Gangnam, Seúl. En esta zona se concentran clubes nocturnos, restaurantes caros y centros comerciales con marcas de alto nivel. Los residentes son gente rica, linda y con estilo, siempre vistiendo a la moda. Son una clase globalizada y tecno-cool. Poseen y exhiben todos los símbolos de estatus: el automóvil Mini, la cartera Louis Vuitton, la computadora Mac o el café (latte) de Starbucks. Son el nouveau riche de países emergentes. Vivir al “estilo Gangnam” es ser decididamente materialista, acérrimamente individualista y frenéticamente consumista. Esto es lo que satiriza PSY. La estética es intencionalmente bizarra y ridícula, ya que en esa reducción al absurdo es donde el artista evidencia su crítica al estilo de vida Gangnam. La narrativa paródica de todo el video es una sucesión de hechos que demuestran lo inútil de perseguir esa vida de lujo y frivolidad. Ello se plasma en las sucesivas e infructuosas búsquedas de obtener el ansiado estatus Gangnam. PSY aparece tomando sol en una playa como un playboy, pero luego se revela que está en un arenero rodeado de niños. Se pasea junto a dos mujeres sensuales y en vez de caer sobre ellos una lluvia de papel picado reciben sucios pedazos de diarios. Emerge de una pileta que en realidad son baños públicos. Aparece en una lujosa silla que resulta ser un inodoro. Se ven caballos a lo largo del video, pero PSY sólo se sube a los de una calesita. Se ven autos de lujo pero está bailando en el garaje. Busca ser parte del alto circuito nocturno pero termina bailando en un bus (una práctica usual en Corea entre gente de mediana edad, pero muy poco fashion). Finalmente, encuentra la mujer que ansía en el subte más que en una exclusiva discoteca. El fenómeno artístico siempre está influido por el contexto social. La estructura económica condiciona el hecho artístico. Si el arte puede escenificar los conflictos dentro de una sociedad o expresar los antagonismos fundamentales de la estructura socioeconómica, entonces el Gangnam style puede leerse como denuncia del autointerés y el egocentrismo consumista del sector pudiente coreano. Lo inverosímil de PSY como dandy y los desopilantes non sequitur de su búsqueda de inserción social reflejarían así la inutilidad de la acumulación material como sentido de la existencia. La versión de Ai Wei Wei deja al descubierto que el hecho artístico también es condicionado por la estructura institucional. Así como PSY se burla de una clase social, Ai Wei Wei intenta –utilizando la misma expresión estética– hacer lo propio frente al poder político. … Las condiciones económicas y políticas para la creación, emisión y recepción de producción cultural se manifiestan de manera diferente en la República Popular China y la República de Corea. En Corea, el espacio cultural es más competitivo y altamente comercializado, sujeto a las leyes, necesidades y vaivenes del mercado. En China el espacio artístico se desarrolla bajo la atenta mirada del Partido y bajo un estricto control gubernamental de canales y contenidos. La producción simbólica es comprendida como un proceso de significación. Y la representación artística tiene la capacidad de significar la realidad social, lo cual puede contribuir a sostener o subvertir el orden establecido. Las expresiones artísticas de vanguardia en general acaban siendo coartadas o cooptadas por la estructura de poder. Es por ello que aún idénticas expresiones estéticas son reapropiadas y resignificadas de acuerdo con los condicionantes que sobre ellos imponen la estructura socioeconómica y las instituciones políticas. Acaso sea por eso que la crítica del Gangnam style de PSY recaiga sobre la clase acomodada urbana y la del Caonima style de Ai Wei Wei sobre los censores del gobierno.” La nota se puede leer íntegra en: http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/Gangnam-style-Ai-Wei-Wei-China_0_816518358.html

09 noviembre 2012

"Seamos francos: lo que pasa en Santa Fe pasa en todos lados"


En este momento de caldeado debate público el nombre de Alberto Binder aparece ubicado en un lugar interesante y algo exótico. Y es porque los sectores políticos enfrascados en una discusión frenética, caracterizada por abundancia de chicanas y el bajo nivel técnico, lo reconocen como un voz autorizada en sistemas jurídicos y de seguridad. Tanto es así que el jueves lo convocó el Centro de Estudios del Frente Progresista para disertar ante el gabinete de seguridad del gobierno de Antonio Bonfatti. Y hoy a las 10 hará lo mismo en la Sede de la UNR, en Maipú 1065, en un espacio afín al kirchnerismo, al que invita el diputado nacional Agustín Rossi. ¿Una paradoja? Binder dice que no, en tanto son espacios coyunturalmente enfrentados pero con una mirada sin divergencias mayores en los temas que alimentan esta perdurable polémica.
"Estos son los momentos en que se pone a prueba la capacidad para trascender la coyuntura. Hay algo común a ambos espacios que es el Acuerdo de Seguridad Democrática (ADS), que firmaron (Hermes) Binner y (Agustín) Rossi, para trascender diferencias en políticas de seguridad. Los del presente son los debates de la democracia. Pero tenemos que comenzar a bajarle tensión y neurosis y encontrar puntos de coincidencia y de disenso con más tranquilidad. Nosotros tenemos el compromiso de acompañar a los que firmaron el ADS y por eso acudo ante unos y otros. Ahora cómo terminen componiendo los políticos esta situación de crisis en Santa Fe les compete a ellos", descargó Binder.
—El gobernador Bonfatti denuncia un intento de destituirlo a partir de la detención del ex jefe de policía en una causa penal con pocos elementos de cargo. La oposición acusa al gobierno de no mirar para adentro los problemas entre policía y narcocriminalidad. ¿Cómo trascender esto?
—Reconociendo que estos problemas son comunes. En el nivel nacional hace 20 días tuvimos a la Gendarmería y Prefectura en la calle más que por problemas salariales. En Chubut estuvieron las comisarías tomadas un mes y medio. En Río Negro están en el medio de un intento de reforma para retomar el control de la policía. ¿Qué expresa esto? Que se han derrumbado los mecanismos anteriores de conducción y control policial mientras nos demoramos en construir los nuevos. El que no se de cuenta de que estamos frente a un proceso complejo y pretenda hacer de esto juegos dialécticos incurre en una tontería extrema. Esto lo dije el jueves y lo diré mañana (por hoy). Tenemos que apurar el paso en reformas policiales. Esto vale para el gobierno de Santa Fe y para el gobierno nacional. Aprovechar el momento de traspié para hacer trapisondas sólo lleva al desprestigio.
—¿Cómo trabajar una reforma policial?
—En Buenos Aires hubo una reforma trunca y diez años después seguimos con el problema. En Santa Fe pasó algo parecido. Tenemos un modelo verticalizado donde las cúpulas perdieron liderazgo y control sobre sus propios elementos. Donde la policía perdió profesionalismo y donde los gobiernos no toman en serio la planificación y el financiamiento de las fuerzas de seguridad. En este marco no hay un plan nacional claro para las distintas formas de control del narcotráfico. No aparece un plan en el gobierno federal y en eso tiene razón el gobernador Bonfatti. Pero al mismo tiempo esto afecta a los pueblos más pequeños de todo el país.
—Lo que dice Bonfatti es verdad. Pero Santa Fe controla un territorio con 18 mil hombres que deben saber lo que pasa en su jurisdicción. Seguimos tirando la pelota al campo contrario.
—Acá no hay que exculpar a nadie. El socialismo sabe que tendría que haber hecho reformas policiales y profundizado su reforma penal. ¿Por qué no lo hizo? Pasa lo mismo a nivel nacional y provincial: ni bien se recupera un poquito de control sobre las fuerzas de seguridad aparece un sector policial que ofrece pactos espurios y se cae en la tentación de dejar el proyecto bajo la alfombra. El gobierno de Santa Fe no ha tenido la lucidez de darse cuenta de que debió haber seguido a paso redoblado con la reforma policial, de seguridad y del sistema penal. El problema ahora le estalló en la cara. Pero seamos francos: lo que pasa en Santa Fe pasa en todos lados. Acá hay un patrón: las dirigencias políticas, oficialistas y de oposición, no se están tomando en serio las reformas de seguridad.
—Un problema común más allá de la coyuntura.
—Y un problema estructural además. Nuestro diseño judicial, de política policial, de relaciones entre los niveles de gobierno nacional hasta los municipios en esta materia hace agua. Los mercados del delitos se modernizan y se expanden de modos mucho más rápidos que las políticas públicas. La gran tentación es otra vez pretender que ante una crisis de esta magnitud otra vez podemos zafar. Hoy la tentación del gobierno nacional es que van a poder zafar ante todo este malestar radical que hay en las fuerzas de seguridad. Están ocultando problemas de profesionalismo, de la descomposición de la Policía Federal que la están ocultando. Este es el problema de fondo y debe ser hablado con absoluta claridad. Creer que esto se puede saldar diciendo que la responsabilidad la tiene el gobierno federal o la provincia . En términos generales las respuestas ofrecidas por los sectores políticos, y esto se ve en Santa Fe, están muy por debajo de lo esperable por lo complejo del momento. No hablamos de soluciones mágicas. Tampoco de ser chapuceros. Pertenezco al ADS y por eso estoy aquí. ¿De qué nos sirve firmar un acuerdo en un papel que en el momento de la crisis se desconoce? La médula es llamar la atención sobre la necesidad de pactos entre los sectores políticos. Cómo salga Santa Fe de esta coyuntura va a marcar hasta que punto la dirigencia tomó en serio el acuerdo que firmaron.
(Fuente: http://www.lacapital.com.ar/politica/Seamos-francos-lo-que-pasa-en-Santa-Fe-pasa-en-todos-lados-20121105-0028.html)