Tragedia en barrio Candioti Norte de la ciudad de Santa Fe: Un hombre mató a golpes a su suegra de 83 años.
Una mujer de 83 años murió este miércoles como consecuencia de la feroz golpiza que sufrió un día antes en su propia casa, de barrio Candioti Norte.
El agresor fue su propio yerno, de 59 años, quien ya fue arrestado e internado en un centro de salud porque padece un serio problema mental.
Fuentes policiales informaron que el drama se desató en una vivienda de calle Alberdi al 4700, donde viven los involucrados. Allí, en horas de la mañana del martes, se generó una gresca familiar que terminó con una mujer de 83 años en grave estado. Se trataba de Argentina Neste, de 83 años, quien fue trasladada de urgencia a un centro de salud privado de nuestra ciudad.
Con severos politraumatismos, la vecina finalmente dejó de existir en horas de la tarde de ayer.
El autor de la agresión es el marido de su propia hija (de 70 años) y todos tienen domicilio en el mismo lugar.
El hombre, de 59 años, fue apresado en un primer momento por “lesiones leves dolosas”, pero con la muerte de la víctima la carátula de la causa cambió a “homicidio”.
Personal médico recomendó tratamiento psiquiátrico para el detenido, por lo que fue internado en el Hospital Mira y López.
Espacio dedicado a la divulgación y estudio de la Sociología y las Ciencias Sociales Artes Visuales, Cine, Cultura, Criminología, Literatura, Derecho, etc).
30 abril 2011
Por trata de persona Condenado a 17 años de prisión
El Tribunal Oral Federal dictó sentencia este viernes, contra Juan Ramón “Pollo” Rojas, un conocido proxeneta de Playa Norte.
Juan Ramón Rojas, alias “Pollo” fue condenado ayer a la “pena única de 17 años de prisión por el delito de trata de personas” del que fueran víctimas dos jóvenes de Recreo y Coronda, una joven de 19 años y otra menor de edad, lo cual agrava la sanción penal.
Así lo resolvió el Tribunal Oral Federal, que en esta oportunidad estuvo conformado por dos jueces de Paraná, Roberto López Arango y Lilia Carnero; y un tercer magistrado de Rosario, Otmar Paulucci.
El juicio comenzó el jueves 28 de abril en la sala de audiencias de San Jerónimo y Primera Junta y se realizó a puertas cerradas por la presencia de una menor de edad.
En total fueron citados 23 testigos. Entre ellos la hermana y la tía de una de las víctimas, que al momento de su secuestro tenía 13 años.
Se dividieron en dos jornadas, tras lo cual llegó el turno de los alegatos de las partes.
Antecedente
Además de Rojas, el TOF de Santa Fe -JM. Escobar Cello, I. Vella, O. Digerónimo- condenó el 27 de noviembre de 2009 a Julia Arminda Núñez, la mujer que se encargó de reclutar a las chicas mediante engaños y promesas laborales. Aquel juicio fue el primero en el país en que un imputado por el delito de trata de persona resultara condenado -le dieron 10 años de prisión-, y el de “Pollo” es una de sus ramificaciones.
De la red local, que articulaba además en cabarets de la provincia de Buenos Aires, resta llevar a juicio a Héctor Rousselot, un convicto que se encuentra prófugo de la Justicia tras escapar en una de sus salidas transitorias. En este caso se lo acusa de hacer de intermediario entre Núñez y Rojas, que se encargaba de regentear el negocio de la prostitución e incluso abusaba de las mujeres.
Juan Ramón Rojas, alias “Pollo” fue condenado ayer a la “pena única de 17 años de prisión por el delito de trata de personas” del que fueran víctimas dos jóvenes de Recreo y Coronda, una joven de 19 años y otra menor de edad, lo cual agrava la sanción penal.
Así lo resolvió el Tribunal Oral Federal, que en esta oportunidad estuvo conformado por dos jueces de Paraná, Roberto López Arango y Lilia Carnero; y un tercer magistrado de Rosario, Otmar Paulucci.
El juicio comenzó el jueves 28 de abril en la sala de audiencias de San Jerónimo y Primera Junta y se realizó a puertas cerradas por la presencia de una menor de edad.
En total fueron citados 23 testigos. Entre ellos la hermana y la tía de una de las víctimas, que al momento de su secuestro tenía 13 años.
Se dividieron en dos jornadas, tras lo cual llegó el turno de los alegatos de las partes.
Antecedente
Además de Rojas, el TOF de Santa Fe -JM. Escobar Cello, I. Vella, O. Digerónimo- condenó el 27 de noviembre de 2009 a Julia Arminda Núñez, la mujer que se encargó de reclutar a las chicas mediante engaños y promesas laborales. Aquel juicio fue el primero en el país en que un imputado por el delito de trata de persona resultara condenado -le dieron 10 años de prisión-, y el de “Pollo” es una de sus ramificaciones.
De la red local, que articulaba además en cabarets de la provincia de Buenos Aires, resta llevar a juicio a Héctor Rousselot, un convicto que se encuentra prófugo de la Justicia tras escapar en una de sus salidas transitorias. En este caso se lo acusa de hacer de intermediario entre Núñez y Rojas, que se encargaba de regentear el negocio de la prostitución e incluso abusaba de las mujeres.
Asaltaron un jardín dos veces en tres días en el Barrio de Guadalupe
26 de Abril de 2011.
“Nos sentimos indefensos y con mucha impotencia”, expresó Diana Ceccone, profesora de educación física de la institución Juan Pablo II. Piden más seguridad.
“Lo que ocurrió es una barbaridad. El domingo a la mañana nos avisaron que habían entrado al jardín y nos encontramos con todo el material de trabajo destruido y desparramado, fue una escena terrible. Nos quedamos las maestras, ordenamos todo y hoy (por ayer) a la mañana otra vez ocurrió lo mismo.
Nos sentimos indefensos, que nadie nos cuida y con mucha impotencia”. El relato pertenece a Diana Ceccone, profesora de educación física del jardín de infantes Juan Pablo II, ubicado en pleno barrio Guadalupe, en Echagüe al 7.300 desde hace 27 años.
Estiman que los delincuentes habrían ingresado a la institución educativa el sábado a la tarde por los techos y de allí a un patio interno desde donde forzaron la reja de la oficina de la dirección.
“Estuvieron mucho tiempo adentro. Encontraron juegos de llaves, así que abrieron todas las puertas y por eso robaron los equipos de audio y DVD, que están en la sala de música. Además, habían trabado la puerta principal desde adentro, para poder estar tranquilos”, detalló Diana.
Algunos indicios que dejaron los delincuentes indicarían que son menores de edad. Por ejemplo, el hecho de que hayan comido cientos de caramelos y dejado los papeles tirados por el camino o que se hayan robado títeres y música infantil. Pero además, por lo reducido del tamaño de la apertura que realizaron en una ventana para poder entrar a una de las oficinas, y por huellas de pisadas que dejaron en la pared del patio por donde escaparon.
“Más allá de las cuestiones de valor, que por suerte no pudieron llevarse tanto, impresionó mucho cómo rompieron todo. Intentamos, como pudimos, organizar el jardín el domingo para que las nenas se encuentren con sus aulas en buen estado y hoy (por ayer) a la mañana volvimos a encontrar la funda de una computadora que adentro tenía una impresora y otras cosas más que por algún motivo no pudieron llevarse. Saber que después de todo lo que hicimos volvieron a entrar con total impunidad, es indignante”, finalizó Diana.
“Nos sentimos indefensos y con mucha impotencia”, expresó Diana Ceccone, profesora de educación física de la institución Juan Pablo II. Piden más seguridad.
“Lo que ocurrió es una barbaridad. El domingo a la mañana nos avisaron que habían entrado al jardín y nos encontramos con todo el material de trabajo destruido y desparramado, fue una escena terrible. Nos quedamos las maestras, ordenamos todo y hoy (por ayer) a la mañana otra vez ocurrió lo mismo.
Nos sentimos indefensos, que nadie nos cuida y con mucha impotencia”. El relato pertenece a Diana Ceccone, profesora de educación física del jardín de infantes Juan Pablo II, ubicado en pleno barrio Guadalupe, en Echagüe al 7.300 desde hace 27 años.
Estiman que los delincuentes habrían ingresado a la institución educativa el sábado a la tarde por los techos y de allí a un patio interno desde donde forzaron la reja de la oficina de la dirección.
“Estuvieron mucho tiempo adentro. Encontraron juegos de llaves, así que abrieron todas las puertas y por eso robaron los equipos de audio y DVD, que están en la sala de música. Además, habían trabado la puerta principal desde adentro, para poder estar tranquilos”, detalló Diana.
Algunos indicios que dejaron los delincuentes indicarían que son menores de edad. Por ejemplo, el hecho de que hayan comido cientos de caramelos y dejado los papeles tirados por el camino o que se hayan robado títeres y música infantil. Pero además, por lo reducido del tamaño de la apertura que realizaron en una ventana para poder entrar a una de las oficinas, y por huellas de pisadas que dejaron en la pared del patio por donde escaparon.
“Más allá de las cuestiones de valor, que por suerte no pudieron llevarse tanto, impresionó mucho cómo rompieron todo. Intentamos, como pudimos, organizar el jardín el domingo para que las nenas se encuentren con sus aulas en buen estado y hoy (por ayer) a la mañana volvimos a encontrar la funda de una computadora que adentro tenía una impresora y otras cosas más que por algún motivo no pudieron llevarse. Saber que después de todo lo que hicimos volvieron a entrar con total impunidad, es indignante”, finalizó Diana.
Asaltaron un jardín dos veces en tres días en el Barrio de Guadalupe
26 de Abril de 2011
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“Nos sentimos indefensos y con mucha impotencia”, expresó Diana Ceccone, profesora de educación física de la institución Juan Pablo II. Piden más seguridad.
“Lo que ocurrió es una barbaridad. El domingo a la mañana nos avisaron que habían entrado al jardín y nos encontramos con todo el material de trabajo destruido y desparramado, fue una escena terrible. Nos quedamos las maestras, ordenamos todo y hoy (por ayer) a la mañana otra vez ocurrió lo mismo.
Nos sentimos indefensos, que nadie nos cuida y con mucha impotencia”. El relato pertenece a Diana Ceccone, profesora de educación física del jardín de infantes Juan Pablo II, ubicado en pleno barrio Guadalupe, en Echagüe al 7.300 desde hace 27 años.
Estiman que los delincuentes habrían ingresado a la institución educativa el sábado a la tarde por los techos y de allí a un patio interno desde donde forzaron la reja de la oficina de la dirección.
“Estuvieron mucho tiempo adentro. Encontraron juegos de llaves, así que abrieron todas las puertas y por eso robaron los equipos de audio y DVD, que están en la sala de música. Además, habían trabado la puerta principal desde adentro, para poder estar tranquilos”, detalló Diana.
Algunos indicios que dejaron los delincuentes indicarían que son menores de edad. Por ejemplo, el hecho de que hayan comido cientos de caramelos y dejado los papeles tirados por el camino o que se hayan robado títeres y música infantil. Pero además, por lo reducido del tamaño de la apertura que realizaron en una ventana para poder entrar a una de las oficinas, y por huellas de pisadas que dejaron en la pared del patio por donde escaparon.
“Más allá de las cuestiones de valor, que por suerte no pudieron llevarse tanto, impresionó mucho cómo rompieron todo. Intentamos, como pudimos, organizar el jardín el domingo para que las nenas se encuentren con sus aulas en buen estado y hoy (por ayer) a la mañana volvimos a encontrar la funda de una computadora que adentro tenía una impresora y otras cosas más que por algún motivo no pudieron llevarse. Saber que después de todo lo que hicimos volvieron a entrar con total impunidad, es indignante”, finalizó Diana.
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“Nos sentimos indefensos y con mucha impotencia”, expresó Diana Ceccone, profesora de educación física de la institución Juan Pablo II. Piden más seguridad.
“Lo que ocurrió es una barbaridad. El domingo a la mañana nos avisaron que habían entrado al jardín y nos encontramos con todo el material de trabajo destruido y desparramado, fue una escena terrible. Nos quedamos las maestras, ordenamos todo y hoy (por ayer) a la mañana otra vez ocurrió lo mismo.
Nos sentimos indefensos, que nadie nos cuida y con mucha impotencia”. El relato pertenece a Diana Ceccone, profesora de educación física del jardín de infantes Juan Pablo II, ubicado en pleno barrio Guadalupe, en Echagüe al 7.300 desde hace 27 años.
Estiman que los delincuentes habrían ingresado a la institución educativa el sábado a la tarde por los techos y de allí a un patio interno desde donde forzaron la reja de la oficina de la dirección.
“Estuvieron mucho tiempo adentro. Encontraron juegos de llaves, así que abrieron todas las puertas y por eso robaron los equipos de audio y DVD, que están en la sala de música. Además, habían trabado la puerta principal desde adentro, para poder estar tranquilos”, detalló Diana.
Algunos indicios que dejaron los delincuentes indicarían que son menores de edad. Por ejemplo, el hecho de que hayan comido cientos de caramelos y dejado los papeles tirados por el camino o que se hayan robado títeres y música infantil. Pero además, por lo reducido del tamaño de la apertura que realizaron en una ventana para poder entrar a una de las oficinas, y por huellas de pisadas que dejaron en la pared del patio por donde escaparon.
“Más allá de las cuestiones de valor, que por suerte no pudieron llevarse tanto, impresionó mucho cómo rompieron todo. Intentamos, como pudimos, organizar el jardín el domingo para que las nenas se encuentren con sus aulas en buen estado y hoy (por ayer) a la mañana volvimos a encontrar la funda de una computadora que adentro tenía una impresora y otras cosas más que por algún motivo no pudieron llevarse. Saber que después de todo lo que hicimos volvieron a entrar con total impunidad, es indignante”, finalizó Diana.
Murió el joven que balearon en barrio Santa Rosa de Lima
Ocurrió el día 24 de Abril de 2011. El hecho Sucedió en calle Azopardo al 2.700 de esta ciudad.
La víctima Jairo Gómez, de 18 años, fue herido con un disparo que atravesó su cuerpo.
Investiga la división homicidios de la UR I y aún no hay detenidos.
La víctima Jairo Gómez, de 18 años, fue herido con un disparo que atravesó su cuerpo.
Investiga la división homicidios de la UR I y aún no hay detenidos.
24 abril 2011
Sistema penal versus prevención del delito.
Mucho se habla sobre el tema “delito” o “la delincuencia” como un gran problema o un gigante de un solo ojo que arrasa con la ciudad sin atender a clases sociales o sectores de la ciudad.
Esto es cierto pero sólo a medias. Al momento de trabajar y/o emitir opinión sobre los problemas que ocasiona el delito en las grandes urbes y su relación con el Derecho Penal, debemos tener en cuenta los siguientes datos concretos que no pueden ser soslayados:
a) Desde los años ‘90 (en pleno auge del menemismo) la tasa de encarcelamiento en la Argentina (en general y en cada una de sus provincias) fue en paulatino aumento.
Ello se debería a que por un lado, aparentemente, se cometen más delitos (o el sistema tiene más acceso a conocer más delitos) que antes. Pero también obedece a que desde 1983 hasta la fecha ha habido más de setenta reformas penales que agravan las penas para distintas conductas. La más conocida de ellas es la “Bloomber”
b) Siempre fuimos un país con una baja tasa de homicidios dolosos, rondando entre 5 y 6 cada 100.000 habitantes, con picos de no más de 9.
Sin embargo, antes éramos un país con una baja tasa de encarcelamiento (113 personas cada 100.000 habitantes) y ahora somos un país con una alta tasa de encarcelamiento (más de 170 personas cada 100.000 habitantes). Ver Nils Cristhie, “El Holocausto de la prisión”.
c) Cada vez que se reforma un tipo penal agravando su pena, puede hacerse el siguiente ejercicio: calcúlese el número de ese tipo de delitos cometidos en el año anterior a la modificación penal con el número de delitos cometidos los años subsiguientes. Verá que la modificación no ha influido en nada. Si la tasa de ese delito venía bajando, seguirá bajando.
Si venía subiendo, seguirá subiendo. Si alguna situación general de ese año produce una suba en todos los delitos similares, crecerá igualmente. Si una situación general produce una baja en todos los delitos similares, bajará.
d) Por otro lado, el sistema penal sólo llega a una resolución definitiva que pueda considerarse “certeza” sobre un hecho en un porcentaje minúsculo (que varía entre el 2 y el 4 % del total de los hechos conocidos por denuncia o por prevención policial). Con lo cual, es más que lógico que una suba en la pena de cualquier delito amedrente poco y nada. Y cualquier estadística en poco se verá modificada.
A pesar de que todo esto se sabe, algunos “iluminados” en la ciencia de la sociología y/o la criminología siguen exponiendo “desinteresadamente” fórmulas mágicas para bajar el delito. ¿Cómo? Aumentando la represividad penal (más pena, más policía), solicitando bajar la edad de imputabilidad, pidiendo el regreso del servicio militar obligatorio, o lisa y llanamente pidiendo instaurar la pena de muerte para delitos graves.
Si bien estas estrategias re-activas no tienen nada de negativo si van acompañadas de un abordaje pro-activo, lo cierto es que ésta es una estrategia que traerá muchas complicaciones a los tribunales y servicios penitenciarios (que siempre terminan por ser desbordados), pero que no tiene ningún efecto sobre el control de las conductas del público.
Su único efecto es crear la imagen de un técnico (sin responsabilidad política frente a los rotundos fracasos),experto y valiente. Mas este efecto de construir esa figura nunca dura más de un par de años, porque, se sabe, resulta ineficaz, y luego de un breve lapso empieza a descorrerse el velo.
Muy a pesar de ello, y salvo muy contadas excepciones, el ciudadano y los políticos ávidos de populismo electoral siguen exigiendo estas respuestas falaces, por un particular resorte emocional, y de tal modo seguimos depositando nuestras esperanzas de escapar del delito, o de sufrir un delito en nuestras cabezas.
Dicho tipo discursivo de neto corte reactivo, discriminatorio y violento impide reflexionar seriamente sobre la posibilidad de políticas proactivas de prevención del delito.
EN DEFINITIVA, LA CIUDADANÍA PIDE, OBVIAMENTE, MENOS DELITO, LOS TÉCNICOS VENDEN REPRESIÓN, Y ASÍ NOS QUEDAMOS SIN LA PREVENCIÓN.
Por eso, la venta en el discurso político de que la seguridad frente al delito, faltas o meras incivilidades se puede lograr por medio del sistema penal, es decir el DERECHO PENAL (algo que, los jueces más experimentados, no importa su ideología saben que es imposible), opera en contra de la formulación de verdaderas políticas de prevención del delito, que van al margen, paralelamente, a lo penal.
Le quita atención pública, desconoce las realidades de un país o región y, por tanto, interés político, esto es, presupuesto y factibilidad. Tal es así como en la ciudad de Santa Fe actualmente y desde hace más de una década se vive una realidad no acorde a otras realidades del país.
Se podrá ver en este cuadro: Características de los homicidios en Santa Fe (porcentajes que se mantienen constantes desde hace diez años).
Año Víctimas Homicidios dolosos cada 100.000 hab.
1990 38 8.5
1991 43 9.7
1992 35 8
1993 41 9.2
1994 64 14.4
1995 84 19
1996 50 11.3
1997 53 12
1998 69 15.6
1999 68 15.3
2000 86 19.4
2001 88 18
2002 90 18.3
2003 86 17.5
2004 94 19.2
2005 68 14
2006 78 16
2007 116 24
2008 85 17
2009 92 18.4
• Datos elaborados a partir de estadísticas poblacionales elaboradas por el Indec en los Censos de 1991 y 2001 y los datos aportados por la URI con relación a los homicidios dolosos en los años analizados.
Principales causas (en porcentajes):
• 50 % ---------- Ajuste de cuentas.
• 17% ----------- Ocasión de robo.
• 10% ----------- Pasional.
• 10% ----------- Gresca.
• 13% ----------- Otros/Sin datos.
Las Armas homicidas:
• 74,5% ---------- Arma de fuego.
• 18% ------------ Armas cortantes.
• 7,5% ----------- De otra manera.
Edades de los imputados:
• 49% ------------ entre 18 y 25 años.
• 23,5% --------- entre 26 y 35 años.
• 23,5% --------- menores de 18 años.
• 4% ------------- mayores de 35 años.
Sexo de las víctimas:
• 95% ------------ hombres.
• 5% ------------- mujeres.
Sexo de los imputados:
• 97% ------------ hombres.
• 3% ------------- mujeres.
Para poder comparar con grandes ciudades de otros países:
Ciudad País Homicidios dolosos
cada 100.000 hab.
Bogotá Colombia 30
Lima Perú 28
Mexico DF Mexico 18
Nueva York EEUU 08
Montevideo Uruguay 06
Santiago Chile Chile 05.5
En comparación con otras ciudades argentinas:
Ciudad Homicidios dolosos cada 100.000 hab.
Conurbano bonaerense 14.5
Mendoza 8
Provincia de Buenos Aires 13 en 2003
Rosario 6.6
Jujuy 5.3 (2009)
Esta realidad no puede ser soslayada.
Las propuestas no penales de la prevención.
Para comenzar es necesario dejar en claro que los delitos son cometidos por todas las clases sociales. Es difícil saber si unas más que otras, porque el sistema penal y sus sistemas de percepción de delitos, de recepción de información, están diseñados para enfocarse principalmente en los delitos de las clases bajas, y principalmente en los que afectan a la propiedad (y en segundo lugar, a la vida y a la integridad sexual). Así, resulta imposible saber cuántos y que daño han cometido delitos de cuello blanco, o grandes desfalcos económicos. Resulta difícil saber sobre la prostitución en la clase alta, o los abusos sexuales dentro de las familias decentes y normales (clase media).
Pero esto no servirá como excusa para que evadamos justamente este problema que planteo: ¿qué pasa con aquellos delitos que sí persigue el sistema penal por considerar más ofensivos a la comunidad? ¿podrían ser controlados mejor de otra manera?
Dejando de lado las primeras formulaciones racistas (Lombroso - Positivismo) y clasistas de la criminología, que nunca gozaron de prestigio científico y que son fácilmente invalidadas como un discurso que genera una verdad pobre y escueta, atada a los intereses del poder dominante de turno, hay más de cien años de investigación en ciencias sociales sobre la cuestión de la conflictividad, el delito, la desviación, la violencia, etc. Apoyados en varias de estas escuelas se han formulado una amplia gama de propuestas políticas que apuntan a la prevención del delito.
A simple título ejemplificativo se puede clasificar de la siguiente manera:
1) Prevención social: Supone que hay un problema de fondo que es el contraste entre los más ricos y los que están excluidos del éxito. Esto siempre va a generar conflictividad, sea como forma de intentar obtener la riqueza que por medios legales es inaccesible, sea como forma de reacción (no reflexiva) a un sistema injusto. Esto no explica por qué una persona en la pobreza delinque y otra en su misma situación no, ni explica por qué los pudientes delinquen tanto como los no pudientes (aunque se los vea menos), pero sí da la pauta de un problema generalizado que genera tendencias, que se pueden manifestar de distintas formas. El tipo de delincuencia económica de las clases bajas sí tiene este importante factor de fondo (los otros tipos de delincuencia no), las macrotendencias en este tipo de delitos responden en gran medida a este problema. Por lo tanto, la solución a largo plazo, en líneas generales, es crear las vías para mayor igualdad de oportunidades, abrir las vías económicas y legales para que aquellos que buscan mejorar, puedan hacerlo legalmente. Es decir, la promoción social.
2) Prevención comunitaria: Muchas veces el tipo de emociones que afecta a aquellos que en una situación conflictiva, eligen por delinquir, resulta de que hay pocos estímulos para comportarse de manera “legalmente aceptada” y pocos lazos sociales que los lleven a eso. Por el contrario, se pueden encontrar con mayores estímulos y lazos sociales que los estimulen a delinquir. Esto afectaría principalmente a los jóvenes. La propuesta es entonces, recrear la comunidad. Hacer que el joven integre los valores comunitarios, se sienta integrado positivamente con su entorno, sienta incorporados los valores de cercanía afectiva de sus vecinos, y estos promuevan comportamientos positivamente valorados.
3) Prevención situacional: Es la que enfoca específicamente en la posibilidad de ser victimizados: Propone reducir las oportunidades de ser victimizado. Lo hace uno mismo todo el tiempo al colocar rejas en su casa, al fijarse antes de entrar, al iluminar la vereda, etc.
El lector sagaz ya habrá notado que todas adolecen de terribles limitaciones, cuando no defectos, directamente.
La prevención social puede ser efectiva a largo plazo, pero es muy difícil porque implica todo un cambio estructural económico y general de la sociedad (lo cual se sabe, requiere de un enorme proyecto político, que supera en prioridad la cuestión del delito y genera mucha conflictividad por otros lados). Además no nos dice que hacer en el corto plazo; en el “mientras tanto”, lo cual no resulta admisible para un público ansioso de soluciones.
La prevención comunitaria supone que hay una comunidad en el barrio, con valores dominantes que son aceptables y positivos. O bien que hay que crear esa comunidad. Esto es difícil, aunque no imposible. Se pueden crear instancias que generen comunidad al generar actividades e identidad colectiva (el club, la iglesia, la escuela del barrio, las sociedades de fomento, etc.). Y a mediano plazo se tendrían que ver los resultados (cuando esos jóvenes lleguen a la adultez). Pero si el conflicto social de base persiste, lo más probable es que esta solución fracase. Es decir, si la cultura estimula al éxito y se siguen teniendo pocas posibilidades de lograrlo, el conflicto social estructural seguirá generando conflictividad y delincuencia. Con lo cual esta solución sirve sólo si acompaña y complementa a la anterior.
La prevención situacional es fácil, cotidiana, ya la practicamos, tiene efectos inmediatos, y además, siempre puede ser aumentada… pero… Por un lado no tiene efectos a nivel general, es de efectos localizados: de ser exitosa en un barrio, desplazará (Teoría del Desplazamiento) la conflictividad hacia otra zona de menor control. Nunca podrá bajar la conflictividad ni la violencia en términos generales, como problema social.
Por otro lado, tiende a generar una espiral de inseguridad. Esto quiere decir que mientras más la practiquemos, más la necesitaremos. Si estamos obsesionados con el tema de la inseguridad, la veremos siempre. Si todo el tiempo incorporamos a nuestra vida cotidiana rutinas para cuidarnos del delito, tendremos siempre presente al delito. Lo viviremos como una amenaza permanente. Y paradójicamente, reduzcamos o no la victimización real, en lugar de sentirnos más seguros, nos sentiremos más inseguros, siempre amenazados.
Posibilidad de éxito.
Las tres propuestas pueden ser bien complementadas.
Una prevención situacional acotada y que intente controlar el efecto paradójico de generar inseguridad subjetiva, puede calmar los ánimos para que las políticas de mediano y largo plazo comiencen a trabajar.
La prevención comunitaria también bajará la ansiedad, al reconstituir el sentido de pertenencia colectiva, e hipotéticamente, reestablecerá ciertos “controles sociales informales” de la comunidad sobre el joven, que estimularían al buen comportamiento (esto habría que probarlo). Y darán mayor seguridad subjetiva al hacer sentir al joven que pertenece a su lugar en el mundo, que hay gente que se preocupa por él, y hacer sentir a la comunidad más integrada.
Finalmente la condición decisiva para que a largo plazo ocurra realmente una disminución del delito “común” (aquel que es visible para el sistema penal y la “opinión pública”), es una buena política económica que genere igualdad de oportunidades y promoción social. En la base de las tendencias generales de los delitos callejeros comunes relacionados con el robo (que suelen ser los que más alarman y también de los que más se encarga el sistema penal) siempre hay una relación de proporcionalidad entre desigualdad social y aumento de delitos.
Entonces, si es tan fácil ¿por qué no se hace? Simplemente porque un plan que abarque estos tres frentes sería el proyecto más ambicioso políticamente desde el welfare state. Esto es, implica poner a trabajar a toda la estructura social en función de esta transformación. Se requiere mucho tiempo, y mucho capital político para poner esto en marcha, y justamente esto es de lo que carecen las políticas públicas hoy.
Pensemos solamente en que articular estos tres niveles de políticas implicaría un trabajo coherente y coordinado de la Nación (principalmente encargado de la prevención social), las provincias (con tareas que abarcan la prevención social y la comunitaria), y los municipios (en cuyas competencias hay tareas de prevención comunitaria y situacional).
Y una generación entera, desde la infancia hasta la temprana adultez, es lo que se tomaría en mostrar resultados este plan.
Pensemos también que un único hecho delictivo aberrante y cruel amplificado por la prensa bastaría (y de hecho ocurre) para que gran parte de la sociedad se solidarice emocionalmente con la víctima y pida mayor represión, mayor castigo. Lo cual no afectaría al plan general si no fuera porque los sheriff que venden soluciones mágicas que estos reclamantes compran, lo hacen atacando a los planes de prevención. En sus discursos se lee claramente un mensaje que dice más o menos así: “hay que dejarse de estas estupideces. Lo que hay que hacer es meterlos presos y que se pudran en la cárcel”. Si este discurso se impone electoralmente (cuando se genera, generalmente triunfa), se tiran a la basura los planes que tanto esfuerzo, dinero y capital político cuestan.
Esos mismos recursos serían derivados a armar más a la policía, a hacerla disparar más tiros, y a meter más gente presa, por más tiempo.
Con lo cual, nuevamente, el sistema penal se coloca en contra de las políticas de prevención.
Desgraciadamente el tono hipotético es sólo de estilo: esto es lo que efectivamente ocurre. Nadie puede darse el lujo político de poner tamaño plan de prevención en marcha (o ni siquiera otros más modestos, pero igualmente lúcidos) para que luego le achaquen el primer muerto y estimulando las emociones más primarias de la opinión pública (a las que la prensa siempre estimula con tal de vender escándalo) lo conviertan en “amigo de los delincuentes” y pierda la posibilidad de continuar con esta (o con ninguna otra) política.
Siendo siempre el presupuesto y el esfuerzo administrativo un recurso escaso, otras inversiones dan mayor rédito político y son menos riesgosas para la imagen.
¿Existe otra salida que intentar volver a establecer el pensamiento reflexivo a este respecto, y, con él la consciencia política del ciudadano que piensa y decide racionalmente antes de dejarse llevar por cómodo y siempre noble sentimiento de indignación moral?
22 abril 2011
Herido de bala en barrio Chalet
Ocurrió en la intersección de las calles Pietranera y Santiago de Chile
Un joven de 18 años se presentó anoche cerca de las 21 en la sala de guardia con una herida de arma de fuego bajo la axila derecha.
Según explicó al ser interrogado por la policía, la agresión se cometió en la esquina de las calles Pietranera y Santiago de Chile, en el barrio Chalet del sur oeste de nuestra ciudad.
El agregido aseguró haber sido atacado por dos desconocidos y tampoco aventuró la causa de la agresión.
Un joven de 18 años se presentó anoche cerca de las 21 en la sala de guardia con una herida de arma de fuego bajo la axila derecha.
Según explicó al ser interrogado por la policía, la agresión se cometió en la esquina de las calles Pietranera y Santiago de Chile, en el barrio Chalet del sur oeste de nuestra ciudad.
El agregido aseguró haber sido atacado por dos desconocidos y tampoco aventuró la causa de la agresión.
21-04-2011. Niña baleada evoluciona en forma favorable en el Alassia.
"Pensamos en irnos de La Guardia". Andrea Piedrabuena es la mamá de Florencia Choque, la chica de 12 años que fue baleada el martes en La Guardia dijo que no quiere volver al barrio donde se crió.
A Florencia Choque (12) le gusta bailar reggaeton, pero por el momento no va a poder hacerlo. Desde el martes está internada en el hospital de Niños Dr. Orlando Alassia, tras recibir un balazo en el vientre en la plaza de La Guardia, el barrio en el que vive con su familia.
Según el último parte médico que recibió la familia, la niña mejora aunque todavía tiene el proyectil alojado en el cuerpo.
"Pensamos en irnos de La Guardia". Andrea Piedrabuena es la mamá de Florencia Choque, la chica de 12 años que fue baleada el martes en La Guardia dijo que no quiere volver al barrio donde se crió.
A Florencia Choque (12) le gusta bailar reggaeton, pero por el momento no va a poder hacerlo. Desde el martes está internada en el hospital de Niños Dr. Orlando Alassia, tras recibir un balazo en el vientre en la plaza de La Guardia, el barrio en el que vive con su familia.
Según el último parte médico que recibió la familia, la niña mejora aunque todavía tiene el proyectil alojado en el cuerpo.
21 abril 2011
EL PERIODO DE ENFRIAMIENTO (Cool off period). Por la Lic. Maria Laura Quiñones Urquiza
Seguimos educando en Criminalística y Criminología, en este caso con una exposición tan clara y didáctica como nos tiene acostumbrados nuestra amiga Lic. María Laura.
Se denomina período de enfriamiento al lapso en que un psicópata o sociópata suspende su actividad ofensiva. Esto no implica necesariamente una renuncia definitiva a aquello que tanto tranquiliza y satisface sus instintos destructores después de su última descarga. Pero ¿qué podría llevar al psicópata a inhibir sus impulsos delictivos u homicidas durante un tiempo determinado?.
- Enamoramiento: La personalidad narcisista y monolítica del psicópata puede verse resquebrajada por el enamoramiento, el intento de adaptación a una vida “normal” podría tener éxito. El depositar momentáneamente esa libido yóica en alguien que no sea uno mismo, es posible en el psicópata. Por supuesto y en este caso ese amor no es un amor sano, si no patológico. Es el vínculo denominado del psicópata y su complementario, donde este complemento adosado a la personalidad psicopática cumple la función de eso, un complemento, ni más ni menos, pero no viene a completar, a llenar una falta, pues el psicópata no necesita completar nada y mediante el maltrato culpará al otro por su imposibilidad de igualarlo, ya que nadie, salvo quizás otro psicópata, en su escala de valores, tiene su misma entidad. En la alianza psicopática de criminales, como por ejemplo la de Manuela y Daniel Ruda (Alemania), Carla Homolka y Paul Bernardo (Canadá), John Lee Lucas y Otis Toole (USA),o el caso de los pedófilos Marc Dutroux y su mujer (Bélgica), aparece una exacerbación del sadismo, esto solidificó el vínculo entre ambos, pudiendo entonces unir cóncavo y convexo. De presentarse una competencia entre la díada, será para comparar y admirar al que cuente con el mayor despliegue durante la descarga de la tormenta psicopática.
En el caso del complementario, probablemente el sadismo descargado hacia él sea disminuido o se lo sustituya por otro complementario simultáneamente, ya que en estas estructuras es necesario un objeto. Objeto porque una de las características del psicópata es la cosificación de las personas, despojándolas de toda virtud, cariño, importancia, si la hubo fue hasta que pudo ser sustituida por otra, siendo entonces desechada como un mueble inservible. Puede que el psicópata que se enamore, simule mediante una doble vida, un vinculo aparentemente sano, jugando al rol de ser un hombre o mujer enamorado y buscando la descarga sádica en un complementario, ello, a modo de preservar el vínculo que sirve de cortina de humo para no ser descubierto. Veamos si no al austríaco Josef Fritzl, quien mantuvo cautiva en un sótano a su hija durante 24 años y con quien mantuvo una relación incestuosa, de cuyo fruto nacieron 7 hijos.
Quizás sus deseos de Satisfacer su curiosidad de cómo sería vivir en pareja, lo lleven a experimentar la sencillez de una vida cotidiana. Pero no olvidemos que la estructura psicopática es justamente eso, una estructura, es decir un modo de ser en el mundo (MARIETAN), por lo tanto puede inhibirse pero muy difícilmente tolerar la paz durante mucho tiempo.
- Temor a ser descubierto: Conciente de un error en su última actividad, haría que el psicópata desee congelar sus instintos de depredación. Aquí puede considerar necesario durante un tiempo el adaptarse a las leyes que rigen a la sociedad y actuar un personaje diferente, por supuesto a las normas las transgredirá cuando considere una oportunidad que lo amerite y poder pasar desapercibido mezclándose entre la gente. Su premeditación hará que mientras tanto planee, tantee el terreno y observe qué es lo que pasa a su alrededor, cual soldado en su trinchera aguardando el momento de volver a los viejos hábitos. Por otro lado existe la posibilidad de infiltrarse en las investigaciones, es decir cooperar voluntariamente haciéndose pasar por un ciudadano de buena fé, cumpliendo esto, el objetivo de seguir de cerca el avance de las investigaciones o desviarlas, así como también revivir el crimen. La posibilidad de una mudanza por parte del psicópata es también una de las posibilidades.
- Perfeccionamiento de Modus Operandi: Las elucubraciones de nuevas estrategias y métodos para llevar a cabo delitos o crímenes podrían desembocar en una erotización del pensamiento. Vemos pues, como el placer obtenido con el acto, es desplazado y sustituído por la exacerbación de los procesos mentales agudizando el ingenio. Por lo tanto, la posibilidad de no capitalizar la experiencia, no es válida, en este aspecto, quizás su relación con otras personas sea siempre utilitaria, pero cuando se trata del perfeccionamiento para el desarrollo de conductas disvaliosas, su análisis de las situaciones, posibilidades y posterior ocultamiento, logran que cada vez se manejen con mayor sofisticación.
- Planeamiento de un nuevo crimen o delito: El período de latencia favorecería su elección, contribuyendo a observar y estudiar al próximo objeto de su descarga o ambicionar instruirse en un nuevo tipo de delito a cometer en modo escalonado, ya sea que de robo pase a estafa, hurto o de violación a asesinato, etc.
- Enfermedad o muerte: El padecer trastornos clínicos relevantes que impiden la motilidad o discernimiento necesario para continuar con su actividad, no descarta la posibilidad de ejecutar manipulaciones maquiavélicas dentro de su círculo familiar aprovechando la lástima que sus convivientes puedan tener hacia ellos. Se ha sabido de casos de abuelos en sillas de ruedas abusadores de sus nietos infantes. Asimismo, por ejemplo suegras perversas manipuladoras que se valen de la condescendencia ajena, victimizándose para así poder sembrar discordia entre su círculo familiar primario o en las familias constituidas por sus propios hijos, logrando muchas veces la disolución de sus matrimonios.
- Encarcelamiento: Por lo general la comunidad carcelaria lejos de reformar, corrompe. A veces las cárceles se convierten en establecimientos educativos de hábitos nefastos en donde se rigen por la ley del más fuerte. Cabe destacar que muchas veces la reinserción del delincuente o criminal en la sociedad se ve estancada, pues los códigos carcelarios con los años, quedan adosados a los patrones comportamentales o delimitan su rol en los grupos. Estas pautas paulatinamente se van incorporando a la conducta, el individuo difícilmente pueda ser desarraigado de ellas y reeducado para lograr establecer vínculos sociales sanos. La ciencia de la criminología, podría contribuir con políticas de prevención dentro de las cárceles que apoyen estimulando la educación oficial, sublimación artística, disciplina deportiva, etc..
Carlos Eduardo Robledo Puch, uno de los mayores asesinos de la historia criminal argentina, preso desde 1972 y recluido en el pabellón de homosexuales, se insertó en la comunidad carcelaria de un modo peculiar. Manifiesta su deseo de no quedar en libertad a pesar de tener esa oportunidad legal; se ha convertido en un fervoroso predicador del evangelio, es decir logró sublimar sus pulsiones mortíferas, ello probablemente se deba a que ha presentado brotes psicóticos en los cuales asegura ser un enviado de Dios, pudiendo entonces presumir la posibilidad de no presentar una psicopatía como base primaria o una simulación de un cuadro psicótico.
Se denomina período de enfriamiento al lapso en que un psicópata o sociópata suspende su actividad ofensiva. Esto no implica necesariamente una renuncia definitiva a aquello que tanto tranquiliza y satisface sus instintos destructores después de su última descarga. Pero ¿qué podría llevar al psicópata a inhibir sus impulsos delictivos u homicidas durante un tiempo determinado?.
- Enamoramiento: La personalidad narcisista y monolítica del psicópata puede verse resquebrajada por el enamoramiento, el intento de adaptación a una vida “normal” podría tener éxito. El depositar momentáneamente esa libido yóica en alguien que no sea uno mismo, es posible en el psicópata. Por supuesto y en este caso ese amor no es un amor sano, si no patológico. Es el vínculo denominado del psicópata y su complementario, donde este complemento adosado a la personalidad psicopática cumple la función de eso, un complemento, ni más ni menos, pero no viene a completar, a llenar una falta, pues el psicópata no necesita completar nada y mediante el maltrato culpará al otro por su imposibilidad de igualarlo, ya que nadie, salvo quizás otro psicópata, en su escala de valores, tiene su misma entidad. En la alianza psicopática de criminales, como por ejemplo la de Manuela y Daniel Ruda (Alemania), Carla Homolka y Paul Bernardo (Canadá), John Lee Lucas y Otis Toole (USA),o el caso de los pedófilos Marc Dutroux y su mujer (Bélgica), aparece una exacerbación del sadismo, esto solidificó el vínculo entre ambos, pudiendo entonces unir cóncavo y convexo. De presentarse una competencia entre la díada, será para comparar y admirar al que cuente con el mayor despliegue durante la descarga de la tormenta psicopática.
En el caso del complementario, probablemente el sadismo descargado hacia él sea disminuido o se lo sustituya por otro complementario simultáneamente, ya que en estas estructuras es necesario un objeto. Objeto porque una de las características del psicópata es la cosificación de las personas, despojándolas de toda virtud, cariño, importancia, si la hubo fue hasta que pudo ser sustituida por otra, siendo entonces desechada como un mueble inservible. Puede que el psicópata que se enamore, simule mediante una doble vida, un vinculo aparentemente sano, jugando al rol de ser un hombre o mujer enamorado y buscando la descarga sádica en un complementario, ello, a modo de preservar el vínculo que sirve de cortina de humo para no ser descubierto. Veamos si no al austríaco Josef Fritzl, quien mantuvo cautiva en un sótano a su hija durante 24 años y con quien mantuvo una relación incestuosa, de cuyo fruto nacieron 7 hijos.
Quizás sus deseos de Satisfacer su curiosidad de cómo sería vivir en pareja, lo lleven a experimentar la sencillez de una vida cotidiana. Pero no olvidemos que la estructura psicopática es justamente eso, una estructura, es decir un modo de ser en el mundo (MARIETAN), por lo tanto puede inhibirse pero muy difícilmente tolerar la paz durante mucho tiempo.
- Temor a ser descubierto: Conciente de un error en su última actividad, haría que el psicópata desee congelar sus instintos de depredación. Aquí puede considerar necesario durante un tiempo el adaptarse a las leyes que rigen a la sociedad y actuar un personaje diferente, por supuesto a las normas las transgredirá cuando considere una oportunidad que lo amerite y poder pasar desapercibido mezclándose entre la gente. Su premeditación hará que mientras tanto planee, tantee el terreno y observe qué es lo que pasa a su alrededor, cual soldado en su trinchera aguardando el momento de volver a los viejos hábitos. Por otro lado existe la posibilidad de infiltrarse en las investigaciones, es decir cooperar voluntariamente haciéndose pasar por un ciudadano de buena fé, cumpliendo esto, el objetivo de seguir de cerca el avance de las investigaciones o desviarlas, así como también revivir el crimen. La posibilidad de una mudanza por parte del psicópata es también una de las posibilidades.
- Perfeccionamiento de Modus Operandi: Las elucubraciones de nuevas estrategias y métodos para llevar a cabo delitos o crímenes podrían desembocar en una erotización del pensamiento. Vemos pues, como el placer obtenido con el acto, es desplazado y sustituído por la exacerbación de los procesos mentales agudizando el ingenio. Por lo tanto, la posibilidad de no capitalizar la experiencia, no es válida, en este aspecto, quizás su relación con otras personas sea siempre utilitaria, pero cuando se trata del perfeccionamiento para el desarrollo de conductas disvaliosas, su análisis de las situaciones, posibilidades y posterior ocultamiento, logran que cada vez se manejen con mayor sofisticación.
- Planeamiento de un nuevo crimen o delito: El período de latencia favorecería su elección, contribuyendo a observar y estudiar al próximo objeto de su descarga o ambicionar instruirse en un nuevo tipo de delito a cometer en modo escalonado, ya sea que de robo pase a estafa, hurto o de violación a asesinato, etc.
- Enfermedad o muerte: El padecer trastornos clínicos relevantes que impiden la motilidad o discernimiento necesario para continuar con su actividad, no descarta la posibilidad de ejecutar manipulaciones maquiavélicas dentro de su círculo familiar aprovechando la lástima que sus convivientes puedan tener hacia ellos. Se ha sabido de casos de abuelos en sillas de ruedas abusadores de sus nietos infantes. Asimismo, por ejemplo suegras perversas manipuladoras que se valen de la condescendencia ajena, victimizándose para así poder sembrar discordia entre su círculo familiar primario o en las familias constituidas por sus propios hijos, logrando muchas veces la disolución de sus matrimonios.
- Encarcelamiento: Por lo general la comunidad carcelaria lejos de reformar, corrompe. A veces las cárceles se convierten en establecimientos educativos de hábitos nefastos en donde se rigen por la ley del más fuerte. Cabe destacar que muchas veces la reinserción del delincuente o criminal en la sociedad se ve estancada, pues los códigos carcelarios con los años, quedan adosados a los patrones comportamentales o delimitan su rol en los grupos. Estas pautas paulatinamente se van incorporando a la conducta, el individuo difícilmente pueda ser desarraigado de ellas y reeducado para lograr establecer vínculos sociales sanos. La ciencia de la criminología, podría contribuir con políticas de prevención dentro de las cárceles que apoyen estimulando la educación oficial, sublimación artística, disciplina deportiva, etc..
Carlos Eduardo Robledo Puch, uno de los mayores asesinos de la historia criminal argentina, preso desde 1972 y recluido en el pabellón de homosexuales, se insertó en la comunidad carcelaria de un modo peculiar. Manifiesta su deseo de no quedar en libertad a pesar de tener esa oportunidad legal; se ha convertido en un fervoroso predicador del evangelio, es decir logró sublimar sus pulsiones mortíferas, ello probablemente se deba a que ha presentado brotes psicóticos en los cuales asegura ser un enviado de Dios, pudiendo entonces presumir la posibilidad de no presentar una psicopatía como base primaria o una simulación de un cuadro psicótico.
Preocupante estadística.
Uno de cada tres chicos le tiene miedo a un compañero de clases
Se trata de un informe que realizó el Observatorio de Violencia Escolar a nivel nacional. Hace cinco años, los alumnos temerosos de sus pares eran el 25 por ciento. Creció el acoso a través de internet.
Los primeros resultados del trabajo que realiza el Observatorio de Violencia Escolar en la Argentina indican que uno de cada tres chicos le tiene miedo a un compañero. El mismo trabajo hace cinco años había señalado que uno de cada cuatro estudiantes se ve amenazado por un par. Además se destaca el crecimiento de las violencias no físicas como las murmuraciones y la calumnia y del acoso a través de internet. El 35 por ciento de los chicos y adolescentes en edad escolar es víctima de situaciones de violencia en la escuela.
La semana pasada se realizó en Mendoza la V Conferencia Mundial sobre Violencia en la Escuela. El evento estuvo marcado por los dramáticos hechos que se vivieron en la escuela Tasso da Silveira de Río de Janeiro, cuando Wellington Oliveira abrió fuego contra varios estudiantes. Alejandro Castro Santander es psicopedagogo institucional, copresidente del Observatorio Internacional de Violencia Escolar y uno de los organizadores de la conferencia mundial.
“En 2006-2007 nos daba que el 23 por ciento de los chicos tenía miedo a un compañero. Hoy estamos hablando de ese porcentaje en la primaria, mientras que en la secundaria llega a un 35 por ciento. Son los primeros datos de una muestra más grande que es de 90.000 alumnos y estamos hablando de una tendencia ... casi el 40 por ciento de los alumnos que es maltratado no lo comunica a los adultos.
“Generalmente cuando son chicos lo cuentan más, pero cuando entran a la pubertad va bajando notoriamente hasta llegar a los cursos superiores donde si lo comunican es sólo a un grupo de amigos. No confían en que los adultos seamos capaces de resolver sus problemas”.
Cuando los padres preguntan por qué no contaron lo que les pasaba, los chicos dicen que hace mucho no se habla en la familia. Eso tiene que ver con el hábito del diálogo.
Otro de los elementos que aparece con más fuerza en el informe es el incremento de la ciberviolencia, el acoso a través de las pantallas (el celular, las redes sociales y el chat, entre otras). Casi un 30 por ciento de los chicos manifiesta maltrato a través de esas tecnologías.
Al respecto, Castro Santander explicó que la primera característica de la ciberviolencia es el anonimato y eso hace que sea más difícil de enfrentar. Además es mucho más masiva porque hay cientos de cibernautas que se suman al acoso.
“Al principio este maltrato era a través de los mensajes de texto y los correos electrónicos y hoy se están usando mucho las redes sociales”, contó y siguió: “En algunos casos se crean perfiles para ridiculizar”.
Los primeros resultados del informe del Observatorio indican un incremento en las situaciones de violencias en las escuelas, pero no entendidas como hechos de agresión física o de insultos directos. “En primer lugar están las violencias desapercibidas. Los chicos denuncian que les rompen, les roban o les esconden cosas. Lo que aparece muy fuerte también, y eso lo ve el adulto, es el tema de la burla. Pero ellos hablan también de la calumnia y la murmuración, que son más difíciles de ver”, ejemplicó el especialista.
Y agregó: “El otro tipo de violencia es el aislamiento, que es quizás la más sutil de todas”.
Prevenir el acoso. Castro Santander también se refirió al papel que tiene la escuela al momento de enfrentar los problemas de acoso entre compañeros y habló del lugar que toman los padres en esas situaciones. “Inicialmente cuando sucedían estas cosas se trataba de descubrir al culpable y se lo sancionaba. Hoy hay padres que no se conforman con eso y a veces inician acciones legales contra la institución porque la escuela tiene la obligación de cuidarlos. Una madre me dijo una vez: «Yo traje un hijo feliz y me lo llevo roto». Creo que eso dice mucho del sentimiento de los padres que no se conforman con que la escuela sancione nada más y quieren ver qué hizo la escuela para que eso no suceda”, manifestó.
—¿Y el tipo de sanciones con las que cuenta hoy la escuela, como las amonestaciones y las firmas, es significativo para los chicos?
—No. Porque no es acompañada, a veces, por la misma actitud de los padres. El impacto de la sanción como la amonestación era el reto porque el docente necesitaba poner un límite para no pasarse toda la vida retando al chico. Hoy eso está desdibujado y se pierde el sentido educativo que tenía la sanción.
Por otro lado, habló de la importancia de contar con observatorios sobre la temática. “Es necesario que el Estado reconozca la autoridad de los observatorios porque han sido creados para dar alertas tempranas a esos fenómenos. La investigación no va detrás de los acontecimientos sino tratando de preverlos”, dijo y remarcó la importancia de que los investigadores trabajen dentro de un marco para que la labor sea productiva.
La calidad y el clima social. En relación a las conclusiones de la Conferencia Mundial sobre Violencia Escolar dijo que “fundamentalmente hay que hacer prevención. Enfrentar las cosas cuando suceden no es bueno. Desde los observatorios internacionales estamos diciendo que la investigación muestra caras que a veces están ocultas en cuanto a la violencia en las escuelas”.
Castro Santander sostuvo que los hechos que aparecen en los medios son los menos habituales y recordó que el caso de Carmen de Patagones fue el primero de Latinoamérica y que en Brasil nunca habían vivido un caso como el de Río de Janeiro.
“En el inicio de esos casos están las formas desapercibidas de violencia. Las formas silenciosas de acoso son las que los alumnos más mencionan en la investigación”, dijo y subrayó que es necesario que el docente se prepare para trabajar con los alumnos que tiene en la actualidad no sólo para dar matemática, lengua o ciencias.
Al respecto recordó que el informe de evaluación educativa Pisa dice que hay elementos relacionados con calidad educativa que hay que tener presentes y que están vinculados con el clima social que se genera en las escuelas.
Se trata de un informe que realizó el Observatorio de Violencia Escolar a nivel nacional. Hace cinco años, los alumnos temerosos de sus pares eran el 25 por ciento. Creció el acoso a través de internet.
Los primeros resultados del trabajo que realiza el Observatorio de Violencia Escolar en la Argentina indican que uno de cada tres chicos le tiene miedo a un compañero. El mismo trabajo hace cinco años había señalado que uno de cada cuatro estudiantes se ve amenazado por un par. Además se destaca el crecimiento de las violencias no físicas como las murmuraciones y la calumnia y del acoso a través de internet. El 35 por ciento de los chicos y adolescentes en edad escolar es víctima de situaciones de violencia en la escuela.
La semana pasada se realizó en Mendoza la V Conferencia Mundial sobre Violencia en la Escuela. El evento estuvo marcado por los dramáticos hechos que se vivieron en la escuela Tasso da Silveira de Río de Janeiro, cuando Wellington Oliveira abrió fuego contra varios estudiantes. Alejandro Castro Santander es psicopedagogo institucional, copresidente del Observatorio Internacional de Violencia Escolar y uno de los organizadores de la conferencia mundial.
“En 2006-2007 nos daba que el 23 por ciento de los chicos tenía miedo a un compañero. Hoy estamos hablando de ese porcentaje en la primaria, mientras que en la secundaria llega a un 35 por ciento. Son los primeros datos de una muestra más grande que es de 90.000 alumnos y estamos hablando de una tendencia ... casi el 40 por ciento de los alumnos que es maltratado no lo comunica a los adultos.
“Generalmente cuando son chicos lo cuentan más, pero cuando entran a la pubertad va bajando notoriamente hasta llegar a los cursos superiores donde si lo comunican es sólo a un grupo de amigos. No confían en que los adultos seamos capaces de resolver sus problemas”.
Cuando los padres preguntan por qué no contaron lo que les pasaba, los chicos dicen que hace mucho no se habla en la familia. Eso tiene que ver con el hábito del diálogo.
Otro de los elementos que aparece con más fuerza en el informe es el incremento de la ciberviolencia, el acoso a través de las pantallas (el celular, las redes sociales y el chat, entre otras). Casi un 30 por ciento de los chicos manifiesta maltrato a través de esas tecnologías.
Al respecto, Castro Santander explicó que la primera característica de la ciberviolencia es el anonimato y eso hace que sea más difícil de enfrentar. Además es mucho más masiva porque hay cientos de cibernautas que se suman al acoso.
“Al principio este maltrato era a través de los mensajes de texto y los correos electrónicos y hoy se están usando mucho las redes sociales”, contó y siguió: “En algunos casos se crean perfiles para ridiculizar”.
Los primeros resultados del informe del Observatorio indican un incremento en las situaciones de violencias en las escuelas, pero no entendidas como hechos de agresión física o de insultos directos. “En primer lugar están las violencias desapercibidas. Los chicos denuncian que les rompen, les roban o les esconden cosas. Lo que aparece muy fuerte también, y eso lo ve el adulto, es el tema de la burla. Pero ellos hablan también de la calumnia y la murmuración, que son más difíciles de ver”, ejemplicó el especialista.
Y agregó: “El otro tipo de violencia es el aislamiento, que es quizás la más sutil de todas”.
Prevenir el acoso. Castro Santander también se refirió al papel que tiene la escuela al momento de enfrentar los problemas de acoso entre compañeros y habló del lugar que toman los padres en esas situaciones. “Inicialmente cuando sucedían estas cosas se trataba de descubrir al culpable y se lo sancionaba. Hoy hay padres que no se conforman con eso y a veces inician acciones legales contra la institución porque la escuela tiene la obligación de cuidarlos. Una madre me dijo una vez: «Yo traje un hijo feliz y me lo llevo roto». Creo que eso dice mucho del sentimiento de los padres que no se conforman con que la escuela sancione nada más y quieren ver qué hizo la escuela para que eso no suceda”, manifestó.
—¿Y el tipo de sanciones con las que cuenta hoy la escuela, como las amonestaciones y las firmas, es significativo para los chicos?
—No. Porque no es acompañada, a veces, por la misma actitud de los padres. El impacto de la sanción como la amonestación era el reto porque el docente necesitaba poner un límite para no pasarse toda la vida retando al chico. Hoy eso está desdibujado y se pierde el sentido educativo que tenía la sanción.
Por otro lado, habló de la importancia de contar con observatorios sobre la temática. “Es necesario que el Estado reconozca la autoridad de los observatorios porque han sido creados para dar alertas tempranas a esos fenómenos. La investigación no va detrás de los acontecimientos sino tratando de preverlos”, dijo y remarcó la importancia de que los investigadores trabajen dentro de un marco para que la labor sea productiva.
La calidad y el clima social. En relación a las conclusiones de la Conferencia Mundial sobre Violencia Escolar dijo que “fundamentalmente hay que hacer prevención. Enfrentar las cosas cuando suceden no es bueno. Desde los observatorios internacionales estamos diciendo que la investigación muestra caras que a veces están ocultas en cuanto a la violencia en las escuelas”.
Castro Santander sostuvo que los hechos que aparecen en los medios son los menos habituales y recordó que el caso de Carmen de Patagones fue el primero de Latinoamérica y que en Brasil nunca habían vivido un caso como el de Río de Janeiro.
“En el inicio de esos casos están las formas desapercibidas de violencia. Las formas silenciosas de acoso son las que los alumnos más mencionan en la investigación”, dijo y subrayó que es necesario que el docente se prepare para trabajar con los alumnos que tiene en la actualidad no sólo para dar matemática, lengua o ciencias.
Al respecto recordó que el informe de evaluación educativa Pisa dice que hay elementos relacionados con calidad educativa que hay que tener presentes y que están vinculados con el clima social que se genera en las escuelas.
Escandaloso cruce verbal entre Juez provincial y el Poder Ejecutivo con motivo de la "inseguridad".
21 de Abril de 2011.
El gobierno provincial cuestionó en fuertes términos al juez de Instrucción Juan José Pazos, encargado de investigar el doble homicidio en la autopista a Córdoba, a quien atribuyó oportunismo político y falta de imparcialidad por el tenor de sus declaraciones públicas sobre el caso, en el que murieron baleados un ingeniero de 28 años y un asaltante de 25, el lunes a la noche.
“Hace 20 años que soy juez y nunca tuve algo tan penoso. Que este hecho nos sirva de lección a todos y que alguien no tergiverse la realidad cuando dice que la inseguridad es una sensación”, sostuvo Pazos, al hablar por LT8 a pocas horas del episodio. Allí murieron Lucas Renna y Ricardo Javier Castaño.
El primero conducía un auto que pinchó un neumático y fue asaltado por dos personas entre las que estaba Castaño. El secretario de Seguridad Comunitaria, Enrique Font, calfiicó de inadecuado tal señalamiento en boca de un magistrado que debe iniciar la pesquisa de un caso. “Es impropio que el juez hable en estos términos, pero también que use un caso sensible como éste pronunciándose como una víctima o un observador enojado, cuando él mismo integra una de las agencias del sistema penal. Aprovecha la situación de un caso en su fase inicial para mandar un mensaje político”, apuntó.
“No pretendo cambios. Pero si una persona está condenada a ocho años de cárcel, que cumpla los ocho años. No puede ser que haya desesperación en algunas autoridades legislativas nacionales o provinciales para que el sujeto recupere la libertad. Por qué no tienen la misma desesperación para que la sociedad viva mejor, para que tengamos un día tranquilo, para que nuestros hijos puedan volver sanos a casa. Eso parece que quedó en el olvido”, planteó Pazos, hablando por LT3. “Si la Legislatura produce leyes que favorecen notablemente al delincuente, es probable que se cumplan estos hechos y muchos más”, sostuvo el juez a Canal 3 de Rosario. La referencia la hacía porque Ricardo Castaño, el asaltante muerto la noche del lunes, había estado preso y recuperado la libertad antes de agotar el tiempo de su condena. Deberá establecerse si eso fue por una discrecionalidad o error, lo que a fuentes del gobierno les parecía improbable, o al otorgamiento de una salida transitoria prevista en la normativa vigente.
Antes y ahora
Font remarcó que cuando los condenados recuperan la libertad antes del cumplimiento estricto de la pena es porque la ley de Ejecución prevé beneficios que un juez debe otorgar observando claros requisitos. “El juez Pazos sugiere que los funcionarios no conocemos la realidad del delito. Pero trabajamos con hechos registrados, teniendo claro el fenómeno del delito y el modo cómo se los representa, lo que no siempre coincide. Ya que el juez habló de política uno puede responder políticamente. Y decirle que resulta llamativo que en todos los años previos de su desempeño no haya tenido posicionamientos como ahora. Pazos debería saber que el pico de la tasa de homicidio en Rosario fue en el año 2003. Si sabía de esto y no habló antes es llamativo que lo haga ahora”. “Yo quiero que le pregunten a los familiares, a los amigos y vecinos de Roldán, de este ingeniero asesinado en la autopista, si la inseguridad es una sensación”, había planteado el juez del caso. “No sostengo (que a los privados de la libertad) haya que tratarlos mal. Si cometieron un delito tienen que ser reeducados en prisión. Pero si no logran ese objetivo, no se les puede conceder la libertad tan fácilmente. Habrá casos que se justifiquen, pero no son la mayoría”, dijo Pazos. Desde el Poder Ejecutivo, Font calificó como saludable que los jueces manifiesten sus ideas políticas —”dado que todos las tenemos” — y sus valoraciones sobre el estado de la seguridad pública. “Lo que es objetable es que quien está al frente de un caso tan complejo salga a lanzar hipótesis que no están probadas y que en ese contexto marque una clara posición política como si fuera un vecino cualquiera. Es impropio que lo haga en un caso de tanta trascendencia. Hay un tema de responsabilidad funcional que la Cámara Penal debería considerar”, subrayó.
Cabe recordar que en la ciudad de Santa Fe se da la tasa de homicidios más alta del pasís con casi 20/100.000, siendo que el promedio de nuestro país "apenas llega a 6/100.000. Para refleccionar.
El gobierno provincial cuestionó en fuertes términos al juez de Instrucción Juan José Pazos, encargado de investigar el doble homicidio en la autopista a Córdoba, a quien atribuyó oportunismo político y falta de imparcialidad por el tenor de sus declaraciones públicas sobre el caso, en el que murieron baleados un ingeniero de 28 años y un asaltante de 25, el lunes a la noche.
“Hace 20 años que soy juez y nunca tuve algo tan penoso. Que este hecho nos sirva de lección a todos y que alguien no tergiverse la realidad cuando dice que la inseguridad es una sensación”, sostuvo Pazos, al hablar por LT8 a pocas horas del episodio. Allí murieron Lucas Renna y Ricardo Javier Castaño.
El primero conducía un auto que pinchó un neumático y fue asaltado por dos personas entre las que estaba Castaño. El secretario de Seguridad Comunitaria, Enrique Font, calfiicó de inadecuado tal señalamiento en boca de un magistrado que debe iniciar la pesquisa de un caso. “Es impropio que el juez hable en estos términos, pero también que use un caso sensible como éste pronunciándose como una víctima o un observador enojado, cuando él mismo integra una de las agencias del sistema penal. Aprovecha la situación de un caso en su fase inicial para mandar un mensaje político”, apuntó.
“No pretendo cambios. Pero si una persona está condenada a ocho años de cárcel, que cumpla los ocho años. No puede ser que haya desesperación en algunas autoridades legislativas nacionales o provinciales para que el sujeto recupere la libertad. Por qué no tienen la misma desesperación para que la sociedad viva mejor, para que tengamos un día tranquilo, para que nuestros hijos puedan volver sanos a casa. Eso parece que quedó en el olvido”, planteó Pazos, hablando por LT3. “Si la Legislatura produce leyes que favorecen notablemente al delincuente, es probable que se cumplan estos hechos y muchos más”, sostuvo el juez a Canal 3 de Rosario. La referencia la hacía porque Ricardo Castaño, el asaltante muerto la noche del lunes, había estado preso y recuperado la libertad antes de agotar el tiempo de su condena. Deberá establecerse si eso fue por una discrecionalidad o error, lo que a fuentes del gobierno les parecía improbable, o al otorgamiento de una salida transitoria prevista en la normativa vigente.
Antes y ahora
Font remarcó que cuando los condenados recuperan la libertad antes del cumplimiento estricto de la pena es porque la ley de Ejecución prevé beneficios que un juez debe otorgar observando claros requisitos. “El juez Pazos sugiere que los funcionarios no conocemos la realidad del delito. Pero trabajamos con hechos registrados, teniendo claro el fenómeno del delito y el modo cómo se los representa, lo que no siempre coincide. Ya que el juez habló de política uno puede responder políticamente. Y decirle que resulta llamativo que en todos los años previos de su desempeño no haya tenido posicionamientos como ahora. Pazos debería saber que el pico de la tasa de homicidio en Rosario fue en el año 2003. Si sabía de esto y no habló antes es llamativo que lo haga ahora”. “Yo quiero que le pregunten a los familiares, a los amigos y vecinos de Roldán, de este ingeniero asesinado en la autopista, si la inseguridad es una sensación”, había planteado el juez del caso. “No sostengo (que a los privados de la libertad) haya que tratarlos mal. Si cometieron un delito tienen que ser reeducados en prisión. Pero si no logran ese objetivo, no se les puede conceder la libertad tan fácilmente. Habrá casos que se justifiquen, pero no son la mayoría”, dijo Pazos. Desde el Poder Ejecutivo, Font calificó como saludable que los jueces manifiesten sus ideas políticas —”dado que todos las tenemos” — y sus valoraciones sobre el estado de la seguridad pública. “Lo que es objetable es que quien está al frente de un caso tan complejo salga a lanzar hipótesis que no están probadas y que en ese contexto marque una clara posición política como si fuera un vecino cualquiera. Es impropio que lo haga en un caso de tanta trascendencia. Hay un tema de responsabilidad funcional que la Cámara Penal debería considerar”, subrayó.
Cabe recordar que en la ciudad de Santa Fe se da la tasa de homicidios más alta del pasís con casi 20/100.000, siendo que el promedio de nuestro país "apenas llega a 6/100.000. Para refleccionar.
10 abril 2011
Menezes, el asesino en masa de Rio de Janeiro por la Dra. María Laura Quiñones Urquiza
Menezes, el asesino en masa de Rio de Janeiro
de Maria Laura Quiñones Urquiza, el jueves, 07 de abril de 2011 a las 22:37
Autor: María Laura Quiñones Urquiza, mi análisis de esta noche para Telefé noticias
El asesino en masa de Rio de Janeiro no era psicópata, un Psicópata no se disculpa, no siente remordimiento porque no lo conoce, al igual que los daltónicos no conocen el color rojo. La manipulación, el egocentrismo, la insensibilidad y la frivolidad son características simultáneas y constantes en estas personalidades. Menezes dejó ordenes póstumas estando seguro de que se iban a cumplir. Un psicópata es mucho más inteligente que esto y no se hubiese tomado la molestia de justificar sus acciones previamente, para modificar positivamente lo que puedan pensar de él. En la mente de Menezes se configuran dos motivaciones psicológicas fundamentales: la reinvidicación culpógena y la venganza.
El asesino en serie elige víctimas, el asesino en masa, escenarios. Su geografia criminal es consistente con el lugar que eligió y la violencia con que actuó, era un lugar conocido, donde sabía cómo entrar con engaños y desplazarse cómodamente, allí se sentía seguro para poder actuar, algo que para un psicópata no hubiese representado ningún desafío. Menezes habla de pureza, de un largo proceso para su prístino entierro, porque se considera un mesías, da instrucciones precisas, y deja, como un halo de bondad, el deseo de donar sus bienes a animales que están en la calle, desprotegidos, como lo dejó a él su madre biológica, esto me hace pensar en un proceso de identificación, porque en el fondo debe haberse sentido un perro de la calle, solo esperó el momento para demostrar que no lo es.
Con todo este preámbulo en su manifesto, antes de salir a matar buscó justificarse. Si bien la escena es desorganizada, a plena luz del día, en un lugar lleno de gente, este aspecto no es ajeno a los asesinos en masa para quienes el escenario es un imán que los atrae e impulsa a matar. Salir a matar debe haber sido una posibilidad que rondaba silenciosamente su cabeza como una solución terminal, solo tenía que esperar el momento justo. Puede que su objetivo haya sido matar a la muchedumbre, pero evidentemente, cuando se expresa de un modo auténtico, el hecho de ser certero con 10 mujeres, una vez que se adueña del escenario, no es una mera casualidad, porque en realidad a la hora de abrir fuego y aniquilar, a quien mata simbólicamente, es a su madre biológica.
No desea ser recordado como una mala persona, esto es algo que a un psicópata lo tendría sin cuidado, más aún si el suicidio esta en sus planes. Podría tratarse de un proceso psicótico, y el factor desencadenante haya sido la cercana muerte de su madre adoptiva. En su carta solo escribe de puño y letra su nombre, probablemente porque sus nervios le permitían redactar, pero no escribir claramente, lo que no quita que lo que dejó plasmado es real, como su escena criminal.
Agradecemos la colaboración de la Dra. Quiñones http://www.facebook.com/notes/maria-laura-qui%C3%B1ones-urquiza/menezes-el-asesino-en-masa-de-rio-de-janeiro/10150266059197627?ref=notif¬if_t=note_reply
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