Corrió al ladrón de su Play Station y atrapó al niño que lo acompañaba. Prometió matarlo si no le devolvían lo suyo y así lo hizo.
La policía santafesina busca al hombre que ayer a la siesta ultimó con un disparo en la cabeza a un menor de 11 años, un chico al que tomó a modo de rehén para negociar con un delincuente la devolución de una Play Station y una cafetera que le habían robado momentos antes. El principal sospechoso es un tallerista del distrito Alto Verde, un tal Diego González, un hombre de 34 años que purgó en prisión delitos contra la propiedad y cuyo hijo, preso por homicidio, compartió una temporada en la cárcel de Coronda con un tal “Porteño”, personaje este último que ayer escapó abandonando a su suerte a la pequeña víctima.
El menor asesinado no fue alcanzado por una bala perdida al quedar en medio de un enfrentamiento entre dos grupos delictivos, sino que fue fríamente ejecutado por uno de los tres hombres que lo persiguieron cuando escapaba junto al “Porteño” y otros chicos del vecindario.
Como se puede ver, el episodio que terminó con la vida de un nene de 11 años es doblemente penoso desde que -antes que su compañero de correrías- otros le soltaron la mano y se desentendieron de él. La casa que ocupaba junto a su madre -o dicho de otro modo, la vivienda usurpada que ambos habitaban-, que habría hecho las veces de aguantadero, por ejemplo, para Juan “El Porteño” Romero.
González quien se conducía a bordo de un Renault 12 con chapa patente WGR 851 en compañía de otras dos personas alcanzó al grupo que encabezaba el “Porteño” a la altura de la Manzana 9. El hombre se bajó del auto, corrió y atrapó al más rezagado, Nicolás M.
El tallerista de La Boca habría rodeado con un brazo el cuello del chico y en seguida, al tiempo que le aplicaba el cañón del arma en la cabeza, gritó al “Porteño” que si no le devolvía sus cosas, mataría a su amiguito. Pero el “Porteño” no escuchó o se hizo el sordo y desapareció entre los espinillos.
Entonces, poco después de las 13 se escuchó un estampido y minutos más tarde, convocados por los vecinos, los agentes de la Comisaría 24a. acudieron al lugar y encontraron al chico tendido, ya sin vida, en medio de un sendero que se abre entre los pastos.
La trágica secuencia habría sido referida por el propio “Porteño”, a quien describieron los vecinos como a un joven que deambulaba por el terraplén defensivo, con una camisa azul y una gorra a cuadros. Juan “El Porteño” Romero trataba de alejarse del distrito isleño cuando fue capturado alrededor de las 19.
Funcionarios de la Comisaría 24a. y enseguida los agentes de la Sección Homicidios fueron por González, pero para entonces el principal sospechoso ya había tomado distancia de la isla donde quedó abandonado el automóvil cuya marca, modelo y número de patente coincidía con el vehículo señalado por los testigos.
En la mañana de hoy, el personal de la URI trabajaba todavía en procura de dar con un rastro que facilite la localización del presunto autor del impiadoso crimen, también de sus dos acompañantes. Luego buscaron en su casa a un familiar de González, en la presunción de que éste fue quien ayudó a escapar a Diego, pero no lo encontraron.
Uno de los tres hombres que formaba en el grupo de justicieros era un ex delincuente y otro, quizás, un vigilador. Acerca del tercero, nada se sabe todavía. La criatura abandonada y cobardemente asesinada solía recorrer, junto a su pequeños amigos, los sitios céntricos habitualmente frecuentados por la “banda del poxi”.
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